El desempleo en América Latina bajó en 2022, pero aumentará este año a 7,5%: OIT

El desempleo en Honduras sigue en niveles elevados

El informe anual de la OIT proyecta que en 2023 la dinámica no será tan positiva

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó su informe “Actualización sobre la situación del empleo en América Latina y el Caribe” y entre los datos principales que revelaron, se dio a conocer que la tasa de desocupación se redujo en 2022 a 7,2%, mejorando frente a las cifras prepandemia en 0,8 puntos porcentuales, pues en 2019 esta había sido de 8%.

En cuando a las proyecciones para este año, el organismo internacional espera que ese dinamismo no sea tan positivo, pues la tasa podría ubicarse en cerca de 7,5%.

La organización señaló que uno de los problemas fundamentales que se debe atender para llegar a una recuperación total del empleo es la informalidad. Lo anterior teniendo en cuenta que en la región uno de cada dos trabajadores son informales.

Claudia Coenjaerts, directora regional de la OIT, entregó un contexto general de las coyunturas que terminaron afectando el crecimiento de la región, entre ellas la del covid-19 y los conflictos internacionales. “La guerra entre Rusia y Ucrania y las altas presiones inflacionarias terminaron generando mayores dificultades para acceder al mercado laboral en la región. Pese a las dificultades, el dato revelado por la organización indica que ya se estaría presentando una recuperación, pues con una de desocupación de 7,2%, se llegó a niveles de la prepandemia, cuando se registró 8%”, dijo.

El informe destacó que esta baja en la tasa fue impulsada por la creación de empleo que en el tercer trimestre de 2022 había recuperado los niveles prepandemia, sumado a una recuperación aún incompleta de los niveles de la tasa de participación laboral, que aún siguen siendo levemente inferiores a los de 2019.

“En este momento es urgente la implementación y fortalecimiento de diferentes tipos de políticas que contribuyan a la creación de empleo formal y al sostenimiento de los ingresos laborales”, destacó Coenjaerts.

El informe destaca que la recuperación del empleo en 2022 fue más intensa entre mujeres que entre hombres, y entre jóvenes que entre los adultos. En ambos casos se trata de grupos que habían sido ferozmente impactados en la crisis laboral por covid-19. Por otra parte, las brechas estructurales por género y por edad siguen presentes en los mercados laborales.

Proyecciones para 2023

Pese a los resultados positivos de 2022, explicó que este año esos progresos podrían estancarse. “El escaso dinamismo de la economía pronosticado para 2023 afectará negativamente la generación de nuevos empleos y eso hará que en 2023 la desocupación registre variaciones” llegando a niveles de entre 7,2% y 7,5%.

El informe de la OIT también plantea que más allá de los promedios regionales es importante considerar las situaciones de los países individualmente. En nueve de 15 países la tasa de ocupación aún era inferior al registrado tres años antes, mientras que solo en dos de las 15 naciones la tasa de participación superaba niveles prepandemia.

El Panorama Laboral destaca que la región es afectada por la conjunción de múltiples crisis a nivel global, como la persistencia de la pandemia o la guerra entre Rusia y Ucrania, y al mismo tiempo enfrenta la perspectiva de un crecimiento económico bajo, las secuelas de una elevada inflación, limitado espacio fiscal y altos niveles de endeudamiento.

Coenjaerts dijo que “en este escenario económico el problema laboral más urgente para la región es el de la calidad del empleo y los insuficientes ingresos laborales y totales generados por los trabajadores y sus familias”.

Más empleo informal

El informe destaca que la recuperación laboral ha sido fuertemente traccionada por el aumento de las ocupaciones informales, que representaron entre 40% y 80% de los empleos generados. Aunque en los últimos meses esta tendencia se atenuó a favor de empleos formales, la tasa de informalidad regional ya llegó a 50% como era antes de la pandemia, aunque en algunos países es mucho mayor.

“La realidad es que una de cada dos personas trabajan en la informalidad, esto suele estar acompañadao por inestabilidad laboral, bajos ingresos, sin protección social”, dijo Coenjaerts.

La Directora Regional explicó que según estimaciones de OIT “los trabajadores informales tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales, a la vez que explican entre 70% y 90% de la pobreza laboral total”.

El informe advierte que los ingresos reales de personas trabajadoras en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional que se habría ubicado por encima del 8% en 2022 y que causó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y los salarios mínimos.

En el caso de los salarios mínimos, por ejemplo, en nueve de los 17 países analizados el valor real era inferior al de antes de la pandemia.

“El impacto de la informalidad, sumado al de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, es fundamental para entender por qué debemos estar alertas al ‘fenómeno del trabajador pobre’, es decir de aquellas personas que aún teniendo un empleo, incluso un empleo formal, pueden encontrarse en situación de pobreza”, explicó Roxana Maurizio, economista laboral de la Oficina Regional de la OIT y coordinadora de esta edición del Panorama Laboral.

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