Los países de ingreso bajo y mediano recibieron $540.000 millones, $8.000 millones menos que en 2019
Pese a la COVID-19, los flujos de remesas demostraron su resiliencia y disminuyeron a nivel mundial menos que lo previsto en 2020. Según la última edición de la Reseña sobre migración y desarrollo, del Banco Mundial (BM) los países de ingreso bajo y mediano recibieron flujos de remesas registrados oficialmente por 540 000 millones de dólares, apenas un 1,6% por debajo del total de 548.000 millones de dólares de 2019.
En América Latina y el Caribe fue diferente. Los flujos de remesas crecieron aproximadamente 6,5 % llegando a $103.000 millones en 2020. Si bien el covid-19 provocó una disminución repentina en el volumen de remesas en el segundo trimestre de 2020, las remesas se recuperaron durante el tercer y cuarto trimestres en la región.
Los alivios fiscales liberados por Estados Unidos y una mejora en los índices de empleo, que aún no alcanzan los niveles prepandemicos, empujaron el aumento de las remesas flujos a países como México, Guatemala, República Dominicana, Colombia, El Salvador, Honduras y Jamaica, donde la mayor parte de las remesas provienen de migrantes que trabajan en Estados Unidos.
De acuerdo con el BM, se espera que para 2021 las remesas en la región tengan un crecimiento de 4,9%. En tanto, globalmente el Banco espera un aumento de 2,6% en 2021 a 553.000 millones y un incremento de 2,2% en 2022 hasta alcanzar los 565.000 millones.
Las regiones que más crecieron
A nivel global, los ingresos de remesas aumentaron más en América Latina y el Caribe (6,5 %), seguido de en Asia meridional (5,2 %) y en Oriente Medio y Norte de África (2,3 %). Sin embargo, cayeron en Asia oriental y el Pacífico (7,9 %), en Europa y Asia central (9,7 %) y en África al sur del Sahara (12,5 %).
El declive en los flujos enviados a África al sur del Sahara respondió casi en su totalidad a una caída de un 28 % en los flujos de remesas a Nigeria. Si se excluyen los flujos a Nigeria, las remesas enviadas a África al sur del Sahara aumentaron un 2,3 %, lo que demuestra su resiliencia.
“La resiliencia de los flujos de remesas es notable. Las remesas están ayudando a satisfacer la creciente necesidad de las familias de contar con medios de subsistencia”, dijo Dilip Ratha, principal autor del informe sobre migración y remesas y director de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).
“Ya no pueden considerarse como insignificantes. Hace casi dos decenios que el Banco Mundial viene haciendo un seguimiento de los flujos migratorios y de remesas, y estamos trabajando con Gobiernos y asociados para elaborar datos oportunos y lograr que los flujos de remesas sean aún más productivos”, agregó.
Michal Rutkowski, director global de Práctica Global de Protección Social y Empleo del Banco Mundial, dijo que “dado que el Covid-19 todavía devasta a familias en todo el mundo, las remesas continúan brindando un salvavidas fundamental para los pobres y vulnerables”.
Otro de los aspectos resaltados por el informe fue la caída de los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia países de ingresos medianos, que, excluyendo los flujos a China, cayeron más de 30% 2020.
Sin embargo, la entidad reportó que fue una contracción menos de la esperada por los analistas. Como resultado de dicho movimiento, los flujos de remesas a países de ingresos bajos y medianos superaron la suma de la IED en $259.000.