Suecia se convirtió en el miembro número 32 de la Otan, completando la histórica ampliación de la alianza de defensa hacia la región nórdica, casi dos años después de que la invasión rusa de Ucrania impulsó la solicitud de membresía.
El primer ministro Ulf Kristersson entregó el jueves el documento de adhesión de Suecia al secretario de Estado Antony Blinken en el Departamento de Estado de Estados Unidos, marcando su entrada formal en la alianza. La bandera del país será izada sobre la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Bruselas el lunes.
“Estaremos a la altura de las altas expectativas de todos los aliados de la Otan”, dijo Kristersson. “Compartiremos cargas, responsabilidades y riesgos con otros aliados”. La incorporación de Suecia se produce 11 meses después de que Finlandia completara su adhesión, a pesar de que las naciones presentaron una oferta conjunta.
El retraso se debió a las objeciones tanto de Turquía como de Hungría. Turquía lo ratificó en enero después de cerrar un acuerdo para adquirir aviones de combate de Estados Unidos, mientras que el parlamento de Hungría aprobó la entrada el 26 de febrero, 21 meses después de que el país nórdico solicitara su membresía.
“Las cosas buenas les llegan a quienes esperan”, dijo Blinken. “Nada de esto fue fácil, nada de esto era obvio. Han sido necesarios casi dos años de diplomacia incansable”.
Tener a Suecia y Finlandia en la alianza consolida la posición de la OTAN en el Mar Báltico y le permite defender mejor a las naciones bálticas. La única conexión terrestre entre esos países más pequeños (Estonia, Letonia y Lituania) y el resto de la Otan es la estrecha brecha de Suwalki, a menudo considerada el punto más débil de la alianza. Los países bálticos han sido señalados como un objetivo potencial para la agresión rusa.