El petróleo sufrió en agosto su peor caída mensual desde noviembre del año pasado, presionada a la baja principalmente por los temores de que una desaceleración económica provoque una reducción en la demanda.
El referencial estadounidense West Texas Intermediate (WTI) tuvo un retroceso mensual de 9,20%, cerrando agosto en $89.55 por barril. El Brent del Mar del Norte se hundió 12,29% a $96.49 el barril.
Luego del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania (el pasado 24 de febrero), los precios del crudo tocaron un nivel máximo del año el 8 de marzo por encima de los $127 por barril, ante la preocupación de que hubiera escasez por las sanciones impuestas por Occidente a Moscú.
No obstante, las preocupaciones por la oferta se han ido reduciendo a medida que ha aumentado la producción.
Tanto la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como Estados Unidos vieron cómo la producción alcanzó sus niveles más altos desde los primeros días de la pandemia de coronavirus en el mes más reciente, a 29.6 y 11.82 millones de barriles diarios, respectivamente, según una encuesta de Reuters.
Desde los máximos de marzo, el WTI ha caído 27.61%, el Brent desciende 25.27%. Pese a esto, en el año aún repuntan más de 20 por ciento.
La baja del crudo en agosto provocó un descenso en los precios de la gasolina en Estados Unidos, al grado de que el combustible al mayoreo en dicho país cayó a niveles preguerra al cierre de agosto.
En puntos de venta, la gasolina regular cerró agosto con una cotización promedio semanal de $3.691 por galón, una reducción de 11,76% respecto al cierre de julio, de acuerdo con datos de la Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos.
El galón de gasolina reformulada cayó en el octavo mes 11,41% respecto a julio, a $4.121 el galón.
“La debilidad proveniente de China ha jugado un papel importante” en la reducción de los precios, dijo Harry Altham, analista de energía para EMEA y Asia en StoneX Group. “Hay temores de destrucción de la demanda en Occidente a medida que aumentan las tasas de interés y las preocupaciones por la inflación se apoderan de las economías occidentales”.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Banco Base, opinó que “hacia adelante se espera que persista la volatilidad, ya que continúa la escasez de la oferta, así como los riesgos internacionales, entre ellos la posibilidad de una recesión global, las presiones inflacionarias, las restricciones a la movilidad en China y la guerra en Ucrania”.
Dijo que el mercado estará atento a la posibilidad de que la OPEP y sus aliados (OPEP+) alcancen un acuerdo para recortar la producción y así estabilizar los precios del commodity, “sobre todo si se llega a un acuerdo nuclear con Irán, país que podría aumentar su producción entre 1.3 y 1.4 millones de barriles diarios en los siguientes 6 a 9 meses”.