Un tercio del gasto familiar en economías emergentes y de bajos ingresos se destina al consumo de alimentos, en contraste las economías avanzadas como Estados Unidos, destinan al menos una séptima parte de sus compras en este mismo rubro.
Por esta razón, el impacto de alzas mundiales de precios en alimentos suele sentirse más fuerte en las familias y países de menos recursos, detallaron economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Los precios de alimentos y energía seguirán presionando a la inflación mundial este año”, advirtió el organismo.
Aunque la escalada será mucho más moderada que la observada el año pasado, advierten que seguirá una trayectoria al alza que afectará más a las economías emergentes como las latinoamericanas.
En un análisis de expertos, explicaron que la población de economías emergentes y de bajos ingresos son quienes han tenido que soportar con más fuerza la escalada mundial de precios de alimentos.
Esto porque un tercio del gasto familiar se dedica al consumo de alimentos, entre las familias de bajos ingresos y en países emergentes, y en contraste, las economías avanzadas como Estados Unidos, destinan al menos una séptima parte de sus compras en este mismo rubro.
Al interior de un nuevo análisis sobre inflación mundial, estimaron que los precios internacionales de alimentos moderarán la tendencia al alza este año y sólo crecerán 4.5 por ciento. En el 2021, el incremento de estos bienes de consumo básico global fue de 23.1%, refirieron economistas del organismo.
Desde la perspectiva de los funcionarios del FMI, el aumento de la inflación puede desvanecerse a medida que se alivian los problemas en la cadena de suministro y conforme los bancos centrales sigan respondiendo para evitar que las expectativas de inflación se desanclen. Pero matizaron que será hasta que la pandemia se mitigue, cuando la presión de esta burbuja se limitará.
Precios de energía
Los contratos de futuros de petróleo muestran que los precios del crudo podrían subir 12% este año, mientras los precios de gas natural registrarían una variación de 58 por ciento.
Dichos aumentos serán significativamente menores a los incrementos del año pasado y confiaron que “probablemente serían seguidos por una moderación adicional de los precios en el 2023”.
Esto sucederá a medida que los desequilibrios entre la oferta y la demanda se reduzcan aún más.
El año pasado, la inflación de energéticos para Estados Unidos fue de 29%; mientras que para Europa, tuvo un alcance anual de 26% por ciento.
De acuerdo con economistas del FMI, liderados por el nuevo director del Hemisferio Occidental en el organismo, Illan Goldfajn, la presión motivará aumentos de tasas de interés por parte de los bancos centrales que también van a generar presión sobre la recuperación económica.
Apenas la semana pasada, el FMI presentó sus expectativas económicas actualizadas para el mundo. Para América Latina y el Caribe, estiman ahora un crecimiento de 2.4% desde 3% previsto en otoño.