La economía de China creció alrededor del 5,2% en 2023, superando el objetivo oficial de crecimiento del gobierno para el año sin depender de “estímulos masivos”, dijo el primer ministro chino Li Qiang en Davos.
“El año pasado, en 2023, la economía china se recuperó y avanzó con un crecimiento estimado de alrededor de 5,2%, superior al objetivo de ‘alrededor de 5% fijado a principios del año pasado”, dijo Li este martes en su primera aparición como presidente de China. “Al promover el desarrollo económico, no recurrimos a estímulos masivos”, añadió Li. “No buscábamos crecimiento a corto plazo mientras acumulábamos riesgo a largo plazo”.
Li, que fue el funcionario de más alto nivel que la nación ha enviado a Davos desde que asistió el presidente Xi Jinping en 2017, subrayó los esfuerzos que ha realizado China para inspirar confianza en su economía y su gobierno. Sus comentarios se produjeron un día antes de que el país informe una serie de datos económicos para diciembre y 2023, incluidas las últimas cifras de crecimiento del producto interno bruto.
Los comentarios del primer ministro del martes confirmaron lo que muchos economistas esperaban: que China superaría su objetivo oficial de crecimiento para el año, fijado en marzo pasado durante una reunión política anual clave.
Muchos economistas consideraron que ese objetivo era conservador en el momento de su anuncio. Pero las persistentes presiones deflacionarias y la prolongada caída del sector inmobiliario representaron grandes desafíos hasta 2023. Si bien Li dijo que el país no utilizó “estímulos masivos” para alcanzar el objetivo, las autoridades sí desplegaron cierto apoyo en forma de recortes de tasas y ayuda fiscal.
La atención se centra ahora en cómo Beijing mantendrá ese impulso este año mientras lidia con una erosión de la confianza. El país está considerando un billón de yuanes (US$139.000 millones) de nueva emisión de deuda bajo un llamado plan especial de bonos soberanos este año para apuntalar la economía, según personas familiarizadas con el asunto.
Para aumentar las preocupaciones, los datos oficiales mostraron que la inversión extranjera en el tercer trimestre del año pasado se volvió negativa por primera vez desde 1998. Esto probablemente reflejó una menor disposición de las empresas a reinvertir sus ganancias en China, una tendencia debida en parte al mayor rendimiento en el extranjero dada la brecha de rendimiento con Estados Unidos.
Li reiteró su compromiso de mejorar el entorno para las empresas extranjeras en China. Eso incluye acortar la “lista negativa” para la inversión extranjera, eliminar las restricciones de acceso en el sector manufacturero y garantizar un trato más justo a las empresas extranjeras.
“Con respecto a las preocupaciones de algunas multinacionales sobre cuestiones como el flujo transfronterizo de datos y la participación en la contratación pública, estamos trabajando en la formulación de políticas pertinentes”, dijo Li. Xi también tocó ese tema en el pasado: en un discurso en noviembre ante ejecutivos de empresas en Estados Unidos, el líder chino señaló que mejorar el entorno empresarial era una prioridad.