El Banco Central de Honduras (BCH), revirtió sus proyecciones de crecimiento del comercio para este año de 2,5% en las exportaciones y 6,3% de las importaciones, a una contracción de -4,7 y -4,8%, respectivamente.
La caída del comercio, sobre todo en el sector manufacturero, no solo impacta en la generación de empleo sino que en el ingreso de divisas y por consiguiente en las reservas internacionales netas (RIN), que este año llevan una caída de 739 millones de dólares.
En la revisión del Programa Monetario 2023-2024, se prevé una mayor desaceleración de la actividad económica respecto a lo estimado en abril, ubicándose entre un rango de 3% a 3,5%.
La revisión a la baja es por la caída en las exportaciones, por la menor demanda externa de Bienes para Transformación (prendas textiles), particularmente de los EE UU. Esta caída ocurrirá a pesar de las mayores ventas de productos agroindustriales, entre ellos: camarón, aceite de palma, café y banano.
Además, por la revisión a la baja en las importaciones de insumos para la industria textil y de bienes de consumo, en línea con la menor demanda externa de bienes industrializados y menor consumo privado ante la desaceleración económica.
El descenso de 2023, señala el Banco Central, no obedece únicamente a la trayectoria de la demanda mundial, sino también a una mayor demanda de los servicios (en detrimento de los bienes), los efectos rezagados de la apreciación del dólar estadounidense (que frena el comercio debido al uso generalizado de la facturación de los productos en dólares), así como a las crecientes barreras comerciales.
En conjunto, el comercio mundial y los indicadores de la demanda y la producción manufactureras apuntan a una mayor debilidad en el resto de 2023, agrega.
Con la caída del comercio se revisó a la baja la proyección del déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos (BOP, por sus siglas en inglés) para 2023 a 3,5% y 3% para 2024, menores a los déficits estimados en el PM (3,8% y 3,5%, respectivamente).
Este año se registrará una “moderación” en el crecimiento del flujo de remesas familiares esperado. Las remesas crecerían 5%, menor al 8,5% estimado en abril.