El BCH proyecta crecimiento del PIB del 4% y una inflación del 7%: Programa Monetario 2023-24

En el siguiente cuadro se describen los principales resultados macroeconómicos proyectados para 2023 y 2024

A pesar del millonario Presupuesto General de la República de más de 392.000 millones de lempiras, el crecimiento económico del presente año no superaría el 4%, según las metas macroeconómicas establecidas en el Programa Monetario 2023-2024 aprobado por el Directorio del Banco Central de Honduras (BCH).

La meta de inflación oscila entre el 6% y 7%, menor al 9,80% del año pasado, pero aún sobre la meta del BCH de más o menos un punto sobre el 4%. Este año se registraría un menor crecimiento de las exportaciones y de los envíos de remesas familiares desde los Estados Unidos.

Las Reservas Internacionales Netas (RIN), también bajarían y cubrirían unos 5 meses de importaciones (6.3 meses en 2021).

Nuevamente, durante la gestión de Rebeca Santos, las autoridades del BCH rechazaron presentar el Programa Monetario y explicar las bases de las metas previstas.

A través de un comunicado, expusieron que toman en cuentas las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que prevé una desaceleración del crecimiento mundial para 2023 y que se espera una recuperación gradual de la actividad económica mundial y moderación de la inflación para el 2024.

En el contexto nacional, el BCH prevé “un buen desempeño de la economía hondureña en 2023, proyectando tasas de crecimiento en un rango de 3.5% a 4%, sustentado por la evolución del consumo privado apoyado por los ajustes salariales, comportamiento favorable de las remesas familiares y el crecimiento del crédito, así como mejora de la inversión pública” (energía, infraestructura vial, productiva y social, y gasto social).

Sin embargo, se espera una desaceleración de las exportaciones producto del debilitamiento de la demanda externa.

(VEA: Banco Mundial proyecta crecimiento del 3,5% de la economía hondureña)

En cuanto a la inflación, los pronósticos más recientes del BCH indican que ésta continuaría reduciéndose en el transcurso del año a medida que se desvanezcan los choques de oferta global (incremento en los precios de los combustibles, mayores costos de fletes, incrementos de materias primas), previendo que se mantenga por encima del límite superior (entre 6% y 7%) del rango de tolerancia establecido por el BCH (4.0 % ±1.0 pp) y retornado al mismo durante el 2024.

“No obstante, dichos pronósticos presentan riesgos considerando la persistencia y volatilidad de los choques de oferta”.

Respecto al sector externo, las remesas familiares continuarían siendo la fuente principal de ingresos de divisas al país, estimando un crecimiento interanual de 8,5% para 2023 ($9.184 millones) y de 8% para 2024, asociado al comportamiento previsto en el mercado laboral estadounidense, país del cual provienen principalmente dichos flujos.

Caída del comercio

Por su parte, las exportaciones en 2023 mostrarían un menor dinamismo respecto al año previo, en línea con la desaceleración esperada de la actividad económica mundial, recuperándose en 2024. También las importaciones mostrarían un menor aumento para ambos años, asociado a la menor demanda agregada interna, así como a la disipación prevista en los choques de precios registrados en 2022.

Como resultado de lo anterior, el déficit en cuenta corriente aumentaría a 3,8% del PIB para 2023 y 3,5% del PIB para 2024, pero la posición externa del país se “mantendría fortalecida”, al mostrar una cobertura igual o mayor a cinco meses de importación de bienes y servicios, ubicándose por encima de los parámetros internacionalmente aceptados.

En lo referente a la política crediticia, se prevé que el crédito al sector privado continúe siendo un factor que dinamice la actividad económica, estimando para el cierre de 2023 y 2024 un crecimiento de 15% y 11%, en su orden; ayudando a financiar la mayoría de las actividades económicas del país.

En cuanto a los depósitos del sector privado se estima mantengan un buen dinamismo, no obstante, en menor medida con relación a los flujos interanuales mostrados en los tres años previos, denotando normalización en su comportamiento; es así, que se estima que denoten un crecimiento de 11,5% y 10,2%.

Respecto a la política cambiaria, el BCH retomó la subasta de divisas, mecanismo que “permitirá atender la demanda de acuerdo a los ciclos de la actividad económica y la estacionalidad de los flujos de divisas”.

El BCH continuará ejecutando su política monetaria, utilizando activamente las Operaciones de Mercado Abierto, con el fin de mantener niveles de liquidez del sistema financiero congruentes con la estabilidad de precios y de la actividad económica del país. A su vez, el BCH continuará utilizando la Tasa de Política Monetaria como variable de señalización para el mercado de dinero y la gestión del crédito, contribuyendo a propiciar un entorno macroeconómico estable, concluye el informe.

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