El informe revela que la región vuelve a los bajos niveles que se tuvieron antes del covid
La desaceleración de la actividad económica en la región en 2023 sugiere que la región está regresando a los bajos niveles de crecimiento observados en los años previos a la pandemia, según el último informe de perspectivas económicas de la Ocde para América Latina.
Las condiciones siguen siendo difíciles en la región, con pobreza (29%) y pobreza extrema (11,2%), todavía por encima de los niveles prepandémicos en más de la mitad de los países de en 2022. En promedio, 42,8% de la población de la región vivían en un hogar que dependía únicamente del empleo informal.
El poder adquisitivo se ha visto erosionado progresivamente por el aumento de la inflación, con un impacto más severo en las poblaciones más vulnerables. En los primeros seis meses de 2023, los hogares en la pobreza extrema enfrentaron un aumento promedio de precios de alrededor del 4% por encima de la media de los hogares.
Baja inversión
Con sólo el 20% del PIB, la región exhibe uno de los niveles más bajos de inversión total en todas las regiones del mundo. Esto puede explicarse en parte por los bajos niveles de inversión nacional de la región. Desde el año 2000, el ahorro interno bruto promedió el 20% del PIB en comparación con 35% del PIB en las economías de Asia Oriental y el Pacífico.
El sector privado es la mayor fuente de la inversión en casi todos los países (78% de la inversión total en 2019 en promedio), aunque la inversión privada sigue concentrada en las grandes empresas.
Aumentó el financiamiento
Durante el último década, el financiamiento privado movilizado por intervenciones oficiales de financiamiento para el desarrollo en la región aumentó de $3.000 millones en 2016 a $9.000 millones en 2021.
“La agenda de inversión identifica oportunidades de inversión en sectores estratégicos. Esta agenda, acompañada de renovados mecanismos de diálogo y la coordinación entre las comunidades de inversión, comercio y desarrollo puede contribuir aún más apoyar los esfuerzos de reindustrialización”, dice José Antonio Ardavin, investigador que participó en el informe.
En el mismo documento, los economistas aseguran que los sectores con mayor potencial para aumentar la productividad, crear mejores empleos y el desarrollo de cadenas de valor sostenibles e inclusivas pueden agruparse en cuatro áreas amplias, que están interrelacionadas entre sí y donde se producen transformaciones significativas para la reactivación de la economía en la región.
¿Qué propone la Ocde?
La transformación digital puede ayudar a mejorar la productividad y la competitividad y ser un manera de aprovechar el progreso tecnológico, según explican en el informe.
La salud y la economía del cuidado pueden ayudar aumentar la resiliencia y la preparación para futuras crisis sanitarias mediante el desarrollo de e industrias locales auto suficientes, fortaleciendo el potencial científico, tecnológico de la región y capacidades de producción local.
“Esto puede contribuir a construir sociedades más inclusivas al promover servicios de atención asequibles y de calidad, y que los bienes básicos estén al alcance. Avanzando hacia algo más sostenible”, concluyen en el informe.