La cifra de muertos por las devastadoras inundaciones en el este de Libia superó las 11.300 personas sólo en la ciudad de Derna, eclipsando las esperanzas de encontrar a los miles de personas desaparecidas después de que una rara tormenta similar a un huracán azotó la nación del norte de África.
Mientras los rescatistas, incluidos combatientes libios y equipos extranjeros, revisaban los escombros, aumentaba la preocupación por el posible impacto sobre la salud, incluido el cólera, de las aguas contaminadas. Las autoridades ordenaron una investigación sobre las causas del colapso de dos represas que anegaron la ciudad.
Las Naciones Unidas estimaron que 10.100 personas seguían desaparecidas, una cifra que, combinada con las muertes, representa aproximadamente 24% de la población anterior de Derna.
“Salí de Derna hoy con el corazón apesadumbrado, después de presenciar la devastación causada por las inundaciones en vidas y propiedades”, dijo Abdoulaye Bathily, el principal enviado de la ONU a Libia, en X , la plataforma antes conocida como Twitter. “Esta crisis está más allá de la capacidad de Libia para gestionarla, va más allá de la política y las fronteras”.
La catástrofe golpeó a un país ya sacudido por años de guerra que comenzaron con la revuelta de 2011 que derrocó al dictador Moamar Gadafi. Los gobiernos rivales del este y del oeste dicen que están trabajando juntos para brindar asistencia, mientras que más de una docena de naciones ofrecen ayuda, incluidos equipos de rescate y dinero. Pero la agitación constante significa que la nación miembro de la Opep, a pesar de su riqueza petrolera, ha invertido poco en infraestructura, mientras que las divisiones actuales complicarán el proceso de reconstrucción.
Las imágenes satelitales muestran la escala de la destrucción en la ciudad portuaria de Derna, en Libia, después de que aguas torrenciales arrasaran puentes, calles y comunidades enteras, dejando miles de fallecidos y desaparecidos en el camino.
Las fuertes lluvias que trajo consigo la tormenta Daniel durante el fin de semana ocasionaron el colapso de dos represas sobre el río Wadi Derna, que recorre la ciudad y que, por lo general, tiene un caudal muy reducido. Los torrentes de agua y escombros dejaron una estela de devastación.
Las aguas – descritas por un oficial como “un tsunami”- arrasaron los puentes al igual que bloques de edificios residenciales enteros (incluyendo complejos de varios pisos), edificios gubernamentales y una mezquita de gran tamaño.