El Salvador bajó de categoría en el Índice Global de The Economist
La democracia retrocedió en casi el 70% de los países del mundo en 2020 debido a las restricciones provocadas por la lucha contra la pandemia, según un estudio del grupo británico The Economist publicado esta semana.
“La pandemia de coronavirus ha provocado un enorme retroceso de las libertades democráticas, lo que llevó el marcador promedio del índice a mínimos históricos”, sostiene el informe de la unidad de investigación del semanario británico.
Honduras se mantiene entre los países con una democracia híbrida, un grupo al que retrocedió El Salvador.
El fenómeno es global y muy pronunciado en los regímenes autocráticos de África o de Medio Oriente. Sin embargo, la “supresión de las libertades individuales en las democracias avanzadas fue lo más llamativo de 2020”, resalta el trabajo, que le asigna un índice a la calidad democrática de 167 países del mundo.
“El abandono voluntario de las libertades fundamentales por parte de millones de personas fue quizás uno de los hechos más notorios de este año extraordinario (…) pero no podemos concluir que el alto nivel de aceptación de las medidas de confinamiento signifique que la gente reste valor a la libertad”, comentó Joan Hoey, responsable del estudio.
La unidad de investigación de The Economist calcula cada año el índice de democracia sobre la base de 60 criterios, agrupados en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento de gobierno, participación política y cultura política. El mínimo teórico es 0 y el máximo es 10.
El resultado global en 2020 fue de 5,37, el peor promedio mundial desde que se creó el índice en 2006. En 2019 había sido 5.44. La mayor caída la registró Malí y Taiwán fue el que más subió.
Democracia plena para pocos
De acuerdo con el índice, por encima de 8 puntos los países se consideran “democracias plenas”. Esta categoría reagrupa a los 23 primeros. El mejor es Noruega, con un índice de 9,81. Le siguen Islandia (9,37), Suecia (9,26), Nueva Zelanda (9,25) y Canadá (9,24).
Sólo tres países latinoamericanos están en esta categoría: Uruguay (15), Chile (17) y Costa Rica (18). La mayoría son democracias deficientes. En esa categoría se encuentran Colombia (46º), Argentina (48º), Brasil (49º) y México (72º), las cuatro naciones más pobladas de la región.
Las únicas regiones que, en promedio, califican como plenamente democráticas con América del Norte (8,58) y Europa Occidental (8,29).
En la categoría siguiente están las “democracias deficientes”. Ese segmento, encabezado por Francia (7,99) y Estados Unidos, incluye a 52 naciones.
Entre democracia y autocracia
En otro escalón están los “regímenes híbridos”, aquellos que no terminan de ser democracias pero tampoco autocracias. Son 35: el más democrático es Bangladesh (5,99) y el más autoritario es Nigeria (4,10).
Entre los regímenes híbridos están El Salvador (77°), Honduras (88º), Bolivia (94º) y Guatemala (97º).
Por último, están los “regímenes autoritarios”, el grupo más numeroso, ya que tiene 57 integrantes. En un extremo está Malí, con 3,93, y en el otro está el país con peor calificación de 2020, que es Corea del Norte, con un índice de democracia de 1,08. Dos países latinoamericanos son considerados regímenes autoritarios: Cuba (140º) y Venezuela (143º).
América Latina es, después de América del Norte y Europa Occidental, la región más democrática, con un índice medio de 6,09, 0,04 unidades menos que en 2019. No es la que más retrocedió en el último año, que es el África Subsahariana (0,1), pero tampoco es la que menos, que es América del Norte (0,01).
“El declive regional en 2020 estuvo impulsado principalmente por el recorte de las libertades civiles en respuesta a la pandemia de coronavirus. Sin embargo, los retrocesos democráticos en El Salvador, Guatemala y Haití también tuvieron un impacto negativo en la puntuación media regional”, sostiene el informe de The Economist.
“El único cambio en la clasificación de los países por tipo de régimen fue el descenso de El Salvador de democracia deficiente a régimen híbrido. Esto está en consonancia con una tendencia de retroceso democrático en la región durante la última década, desde el aumento de las prácticas antidemocráticas en Bolivia y Centroamérica hasta el creciente autoritarismo en Venezuela y Nicaragua”, concluye el informe.