La inflación subyacente en Honduras, ha experimentado un aumento consecutivo este año, lo que implica que los precios de bienes y servicios, excluyendo alimentos y energía, están subiendo de manera constante.
Este fenómeno podría afectar la estabilidad económica y el poder adquisitivo de los consumidores.
Al cierre de junio, señala el Banco Central, la inflación subyacente registró una tasa interanual de 5,29%, desacelerándose desde febrero (5,59%), pero continúa “temporalmente” (seis meses) por arriba del rango de tolerancia de mediano plazo establecido por la Autoridad Monetaria de hasta 5%.
El BCH destaca que la leve desaceleración se explica principalmente por los menores incrementos de precios de algunos alimentos industrializados, servicios (alimentos consumidos fuera del hogar), y bienes (prendas de vestir y productos de cuidado personal).
La inflación subyacente es una medida de la inflación que excluye los precios de alimentos y energía, ya que estos tienden a ser más volátiles. En el caso de Honduras, el indicador de inflación subyacente excluye un total de 37 bienes y servicios, entre alimentos perecederos no industrializados (excepto carnes), tarifas de energía y combustible.
Al excluir estos componentes, se obtiene una visión más clara de las tendencias inflacionarias subyacentes en la economía.

En el contexto hondureño, un aumento de la inflación subyacente podría indicar que la demanda de bienes y servicios está creciendo o que los costos de producción están aumentando, lo que lleva a un incremento generalizado de precios. Este fenómeno podría tener diversas implicaciones para la economía local, incluyendo:
Pérdida del poder adquisitivo: Un aumento en los precios, incluso si excluye alimentos y energía, puede reducir la capacidad de compra de los consumidores, especialmente aquellos con ingresos fijos.
Incertidumbre económica: La inflación subyacente alta puede generar incertidumbre en las empresas y los consumidores, lo que podría afectar las decisiones de inversión y gasto.
Presión sobre las políticas monetarias: Los bancos centrales suelen utilizar la inflación subyacente como un indicador para tomar decisiones sobre las tasas de interés, por lo que un aumento podría llevar a medidas para controlar la inflación, como aumentos en las tasas de interés.
La inflación subyacente supera la inflación general de 2,96% al cierre de junio.