La Unión Europea seguirá adelante con la imposición de fuertes aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China, anunció el viernes el Ejecutivo comunitario, incluso después de que Alemania, la mayor economía del bloque, los rechazó, poniendo de manifiesto una brecha en su mayor conflicto comercial con Pekín en una década.
Los aranceles propuestos sobre los vehículos eléctricos fabricados en China, de hasta el 45%, costarían a los fabricantes de automóviles miles de millones de dólares adicionales para introducir los coches en el bloque y se impondrán a partir del próximo mes durante cinco años.
La Comisión, que supervisa la política comercial del bloque, ha dicho que contrarrestará lo que considera subsidios chinos injustos tras una investigación antisubvenciones de un año de duración, pero también dijo el viernes que continuaría las conversaciones con Pekín.
Un posible compromiso podría ser fijar precios mínimos de venta.
En la votación del viernes, 10 miembros de la UE apoyaron los aranceles, cinco votaron en contra y 12 se abstuvieron, según fuentes comunitarias.
Habría sido necesaria la oposición de una mayoría cualificada de 15 miembros de la UE, que representen el 65% de la población de la UE, para bloquear la propuesta. Reuters informó el miércoles que era probable que la medida se aprobara con el apoyo de Francia, Italia y Polonia.
La mayor economía de la región y principal productor de automóviles, Alemania, votó en contra de la propuesta, según fuentes consultadas el viernes.
El Ejecutivo comunitario aseguró haber obtenido “el apoyo necesario” para aprobar los aranceles, aunque continuará las conversaciones con Pekín para encontrar una solución alternativa.
La votación del viernes reflejó las divisiones en torno a las relaciones comerciales de la UE con China. Algunos países quieren una línea firme contra lo que consideran subvenciones estatales excesivas y recuerdan que la UE no impuso aranceles a los paneles solares chinos hace una década. China tiene una cuota superior al 90% del mercado fotovoltaico de la UE.
Otros países quieren fomentar la inversión china o temen una guerra comercial.
Las acciones de las automotrices europeas Renault y Volkswagen subieron por la esperanza de que los aranceles les ayuden a competir con sus rivales chinos en su propio terreno, cuando la demanda mundial está cayendo.
En lo que ya se consideraba una represalia, Pekín inició este año sus propias investigaciones sobre las importaciones de brandy, productos lácteos y carne de cerdo de la UE. Los productores europeos de coñac y carne de cerdo están preocupados.
El Ministerio de Comercio chino expresó su firme oposición a los aranceles previstos por la UE, calificándolos de “injustos, no conformes e irracionales”, que violan las normas de la Organización Mundial del Comercio, aunque no mencionó ninguna contramedida. BMW ya ha interpuesto un recurso ante la OMC.