El cambio climático ha obligado a los gobiernos y diferentes organismos multilaterales a buscar en las energías renovables una solución para poder seguir existiendo, entre las que destaca la de origen solar.
Desde hace algún tiempo la mayor parte del crecimiento de este tipo de energía se produjo en Asia, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
En el periodo comprendido entre 2010 y 2022, estas tres potencias han ido aumentando progresivamente su capacidad de producción de energía solar. Inicialmente, en 2010, China contaba con 1,0 GW de capacidad, la Unión Europea con 30,6 GW y Estados Unidos con 3,4 GW.
Lo que marca una trayectoria de crecimiento en este campo, pues los últimos valores registrados hasta 2022 fueron 393,0 GW para China, mientras que para la UE y Estados unidos la capacidad solar instalada fue de 205,5 GW y 113,0 GW, respectivamente.
Si bien la tendencia en los años siguientes fue similar a la de 2010, siendo China la potencia más rezagada en este tema, desde 2017 experimentó una tasa de crecimiento anual compuesta, cagr, de aproximadamente 25% en la capacidad fotovoltaica instalada. Por otro lado, desde ese mismo año Estados Unidos y la UE han experimentado una cagr de 21% y 16%, respectivamente.
De hecho, el crecimiento fue tal que actualmente China domina la producción de componentes de energía solar y controla alrededor de 80% de la cadena de suministro de paneles solares del mundo. Tanto así que para 2022 la industria solar de China empleaba a 2,76 millones de personas.
Esta industria en el caso de Estados Unidos alcanzó los 264.000 puestos de trabajo, mientras que en el caso de la UE empleó a 648.000 personas.
Así las cosas, según la Agencia Internacional de la Energía, IEA por sus siglas en inglés, China representa casi 60% de la nueva capacidad renovable que se espera que entre en funcionamiento a nivel mundial para 2028.
Según la organización, se espera que el país alcance su objetivo nacional para 2030 en materia de instalaciones eólicas y solares fotovoltaicas en 2024, es decir, seis años antes de lo que se tenía previsto.
En e caso de Honduras, hasta 2022, contaba con 514 MW en capacidad instalada, el quinto lugar en Latinoamérica, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).