El presidente dominicano Luis Abinader fue reelecto este domingo para un segundo mandato de cuatro años, un espaldarazo a su manejo de la economía y sus duras políticas hacia la migración haitiana.
Los dos países comparten la isla caribeña de La Española, pero existe un fuerte contraste entre la República Dominicana, más próspera, y su empobrecido vecino, sumido en el caos y la violencia de las pandillas criminales que controlan buena parte de su territorio.
Con poco más del 21% de los votos escrutados, su principal rival, el expresidente Leonel Fernández, reconoció su derrota y felicitó a Abinader.
“Soy y seré el presidente de todos los dominicanas y dominicanos”, dijo Abinader en un discurso ante centenas de seguidores en su comando de campaña en Santo Domingo. “El pueblo ha hablado con claridad… asumo la confianza que he recibido y la obligación de no defraudar. ¡No les fallaré!”.
Abinader concentraba el 59,05% de los votos, 30 puntos por delante de Fernández, con 27%, según los resultados parciales. Abel Martínez marchaba tercero con el 10,76%. Los otros seis candidatos apenas superaban en conjunto el 3% del total.
Más de 8 de los 11,2 millones de dominicanos fueron llamados a las urnas para este proceso donde también se renueva el Congreso.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) de Abinader -que arrasó en las elecciones municipales de febrero- debe obtener un buen resultado también en el Senado y la Cámara de Diputados, coinciden expertos.
Abinader goza de una aprobación de 70%, en parte por su dura política hacia la migración haitiana, que prometió mantener en un eventual segundo mandato.
Desde que llegó al poder, aumentó las redadas migratorias y multiplicó las deportaciones, levantó un muro en parte de la frontera y cerró la migración desde el vecino país.
Abinader se felicita asimismo por los logros económicos de su administración: habla de alto crecimiento, inflación “dentro del rango” y bajo desempleo. El Banco Mundial proyecta un alza de 5% del PIB al cierre del año, igual que el FMI, que destaca el “potencial” del país “para convertirse en una economía avanzada” en las próximas décadas.