El impuesto mínimo global del 15% para las multinacionales con un volumen de negocios anual superior a 750 millones de euros entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2024, tras la aprobación hoy de la Ley de Presupuestos para el año próximo por el Gobierno italiano que preside Giorgia Meloni.
“Hemos introducido la llamada tasa global mínima”, dijo el viceministro de Economía Maurizio Leo en la rueda de prensa posterior a la aprobación de los Presupuestos para el próximo año, con un gasto de unos 24.000 millones y que elevará el déficit del próximo año al 4,3 % del producto interior bruto (PIB), para reducir los impuestos a los empleados y dar ayudas a las madres trabajadoras.
Este impuesto “de conformidad con las normas de la OCDE y una directiva comunitaria” está “destinado a contrarrestar los fenómenos de las multinacionales que van a colocar empresas con participaciones en el extranjero en países donde la tributación es baja, por debajo del 15 %”, añadió.
“En el caso de que exista este diferencial, las recuperaciones beneficiarán al sistema fiscal italiano”, explicó Leo.
El proyecto de ley aprobado por el Gobierno de la ultraderechista Meloni también incluye un paquete de medidas fiscales internacionales, introduciendo ciertas reglas, procedimientos simplificados para individuos y sociedades de capital residentes en Italia o que planean trasladar sus oficinas y negocios al país.
“Siempre se ha pensado que nuestro sistema de fiscalidad internacional presentaba una serie de deficiencias, hemos querido corregir una serie de situaciones que podían generar evasión fiscal, tanto por parte de las personas físicas como de las sociedades”, dijo Leo al explicar el decreto.
Así, en lo relativo a las personas físicas “hemos detallado bien el concepto de persona residente en Italia. Quien tiene su residencia física en Italia debe pagar impuestos en Italia, incluso si hace teletrabajo en favor de sujetos extranjeros”, con lo que hemos hecho lo mismo que con las empresas”, explicó.
“Si una empresa italiana tiene una empresa en el extranjero, en el momento en que se han dado las direcciones estratégicas o la gestión ordinaria, esa empresa es una entidad residente en Italia”, añadió.
En agosto pasado, la Cámara de Diputados italiana aprobó por unanimidad una resolución que exige a las multinacionales con sede fiscal en el extranjero pagar impuestos por los beneficios recibidos por sus operaciones en Italia, aunque su aplicación es complicada por la normativa internacional.
El asunto de las multinacionales que operan en varios países pero solo tributan en uno, generalmente el más conveniente, ha generado un amplío debate en Europa, donde multinacionales como Apple y Amazon tienen su sede en Irlanda por las ventajas fiscales que ofrece.
Según la última revisión de la OCDE, el impuesto global único a multinacionales permitirá generar a sus países miembros unas ganancias de ingresos anuales de alrededor de 220.000 millones de dólares (203.395 millones de euros).