La agencia sanitaria mundial denunció nuevamente la desigualdad en el acceso a la vacunación e insta a las siete economías más industrializadas (G-7) a comprometerse a compartir, preferentemente en junio y julio, las dosis que sirvan para vacunar al menos al 10% de la población de todos los países para septiembre y como mínimo al 30% para finales de año.
Mientras continúa por sexta semana el descenso de nuevos casos de COVID-19 notificados a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por quinta el de fallecidos, la comunidad internacional se enfrenta a una situación dispar con un aumento de las muertes en tres de las seis regiones observadas por la agencia sanitaria de la ONU: África, Américas y el Pacífico Occidental.
“Cada vez más, vemos una pandemia de dos vías: muchos países todavía se enfrentan a una situación extremadamente peligrosa, mientras que algunos de los que tienen las tasas de vacunación más altas están empezando a hablar de poner fin a las restricciones”, declaró el director de la OMS durante su comparecencia bisemanal ante los medios de comunicación.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus destacó un descenso de la mortalidad entre los grupos de mayor edad en los países con más acceso a las vacunas y advirtió que se está produciendo una mayor relajación de las medidas sociales y de salud pública, recalcando que éstas deben suavizarse con precaución, y ajustándolas a la circulación del virus y a la capacidad de respuesta.
“Con el aumento de la transmisión mundial de las variantes de preocupación, incluida la variante Delta, el levantamiento demasiado rápido de las restricciones podría ser desastroso para los que no están vacunados”, alertó.
Agregó que esta opción todavía no se contempla en los países que no tienen acceso a las vacunas y que cuentan con una distribución poco equitativa de las inmunizaciones, situación que ha permitido que el virus siga propagándose y que aumenta las posibilidades de que surja una variante que reste efectividad a las vacunas.
“Seis meses después de la administración de las primeras vacunas, los países de ingresos altos han aplicado casi el 44% de las dosis del mundo. Los países de bajos ingresos sólo han administrado el 0,4%. Lo más frustrante de esta estadística es que no ha cambiado en meses”, denunció y recordó que esta desigualdad representa una amenaza para todas las naciones.
Pese a los recientes anuncios de varios países de que compartirán sus dosis de la vacuna, Tedros reiteró el llamado que realizó durante la Asamblea Mundial de la Salud que finalizó el pasado martes, donde pidió un importante esfuerzo global a gran escala para vacunar al menos al 10% de la población de todos los países para septiembre, y un mínimo del 30% para finales de año.
“Para alcanzar estos objetivos, necesitamos 250 millones de dosis adicionales para septiembre, y necesitamos 100 millones de dosis tan solo en junio y julio”, informó y pidió solidaridad en este sentido a los países del G-7 que se reúnen este fin de semana en el Reino Unido.
“Estas siete naciones tienen el poder de alcanzar estos objetivos. Hago un llamamiento al G7 no sólo para que se comprometa a compartir las dosis, sino para que se comprometa a compartirlas en junio y julio”, apuntó Tedros.
Asimismo, solicitó a los fabricantes a que comprometan el 50% de sus volúmenes a COVAX este año.