A menos de tres meses del brote del virus Covid-19 en China, la epidemia se ha propagado en todo el mundo y ha afectado duramente a las economías más grandes, arrastrándolas hacia una recesión económica profunda y transitoria, que se sumará al sufrimiento humano generado por la crisis de salud, señala la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Los países pequeños, agrega el análisis, sufrirán una crisis de salud, y un doble impacto a sus economías; el primero, debido a las medidas urgentes y necesarias del distanciamiento social para hacer frente a la epidemia, y que inevitablemente impactan la economía, con shocks económicos de oferta y de demanda; la segunda, será la transmisión internacional de una gran recesión.
En el caso salvadoreños, el impacto económico será mayor al ocurrido en 2009.
La demanda de energía ha caído 71,5 % en un mes y la presión fiscal es más fuerte. A esto se sumará la caída del principal socio comercial, Estados Unidos.
Considerando el shock anterior, es posible que la transmisión del ajuste económico internacional “nos puede llevar entre un estancamiento y una contracción”.
Pero al sumar el impacto de la inmovilidad interna (fenómeno no presente en 2008), el PIB de El Salvador será negativo cercano al -3.5% o más.
La cuarentena decretada por el gobierno (como ocurre en Honduras), redujo la actividad productiva y experimente caídas en las ventas de 30% en algunos rubros.
Fusades se refiere también a los efectos en el desempleo y el comercio regional y la recuperación se notaría hasta finales del 2021.