Un total de 130 países, que representan 98% de la economía mundial, están estudiando versiones digitales de sus monedas, y casi la mitad de ellos se encuentran en fases avanzadas de desarrollo, piloto o lanzamiento, según un estudio.
El estudio del grupo de expertos estadounidense Atlantic Council, publicado el miércoles, señaló que todos los países del G20, con la excepción de Argentina, se encuentran en una de esas fases avanzadas.
Once países, entre ellos varios del Caribe y Nigeria, ya han lanzado monedas digitales de bancos centrales (Cbdc por sus siglas en inglés), como se las conoce, mientras que las pruebas piloto en China alcanzan ya a 260 millones de personas y abarcan 200 escenarios, desde el comercio electrónico a los pagos de ayudas del Gobierno.
Otras dos grandes economías emergentes, India y Brasil, también tienen previsto lanzar monedas digitales el año que viene.
El Banco Central Europeo está en vías de iniciar su proyecto piloto del euro digital antes de un posible lanzamiento en 2028, mientras que otros 20 países también darán pasos significativos hacia proyectos piloto este año.
En el caso de Honduras, el informe señala que el Banco Central de Honduras (BCH) anunció el inicio de estudios para ver la posibilidad de usar los Cbdc.
En Estados Unidos, sin embargo, las acciones hacia un dólar digital sólo “avanzan” en su versión mayorista (de banco a banco), según la investigación del Atlantic Council, mientras que los trabajos sobre una versión para la población en general están “estancados”.
En marzo de 2022, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó a los responsables gubernamentales que evaluaran los riesgos y beneficios de crear un dólar digital.
El peso del dólar en el sistema financiero hace que cualquier medida estadounidense pueda tener enormes consecuencias a escala mundial, pero la Reserva Federal ya dijo en enero que es el Congreso, y no ella, quien debe decidir si se lanza una versión digital.
El impulso mundial a favor de los Cbdc se da en un momento en que el uso de efectivo físico disminuye y las autoridades tratan de defenderse de la amenaza que suponen el bitcóin y las “grandes empresas tecnológicas” para sus capacidades de impresión de dinero.
Las sanciones impuestas a países como Rusia y Venezuela en los últimos años han sido otro motor, incluso para aliados de Estados Unidos como Europa, que quiere asegurarse una alternativa a las redes de pago de Visa, Mastercard y Swift.
“Desde la invasión rusa de Ucrania y la respuesta a las sanciones del G7, se han duplicado los desarrollos de Cbdc al por mayor”, afirmó el Atlantic Council, añadiendo que en la actualidad se trabaja en 12 proyectos “transfronterizos” multinacionales.
Suecia sigue siendo uno de los países europeos más avanzados con su proyecto piloto de Cbdc, mientras que el Banco de Inglaterra sigue evaluando una posible libra esterlina digital que podría entrar en funcionamiento en la segunda mitad de esta década. Australia, Tailandia, Corea del Sur y Rusia también tienen previsto continuar este año con sus pruebas piloto.