La inversión extranjera directa hacia América Latina y el Caribe en 2020 fue la más baja en más de una década, derivado de la crisis económica generada por la pandemia de la covid-19, informó el jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La región recibió 105.480 millones de dólares, estimó la multilateral, una caída de 34,7% en comparación con 2019 (menor a la proyección de finales del año pasado). La cifra representa una caída de 52% del máximo histórico alcanzado en 2012.
Para que los países Latinoamericanos recuperen su atractivo ante empresas transnacionales deberán incrementar la inversión pública, aseguró la secretaria ejecutiva de la organización con base en Chile, Alicia Bárcena.
El alza en los precios internacionales de materias primas, como el cobre y productos de agricultura, pudieran servir de un mal incentivo que, a la larga, no provea a Latinoamérica de empleo y crecimiento económico sostenido.
La caída para la región latinoamericana está en línea con lo visto a nivel mundial. En 2020, la contracción de inversión extranjera directa, la cual se caracteriza por tener fines empresariales y no solo financieros, fue de 35% en todo el mundo. “Este es el nivel más bajo que hemos podido observar desde 1998”, apuntó Bárcena en conferencia de prensa virtual desde Santiago.
Transnacionales bajan su capital
Durante el primer año de la pandemia, las empresas trasnacionales se enfocaron en fortalecer sus cadenas de valor de manera que puedan prevenir a futuro interrupciones como las ocasionadas por los confinamientos.
Esto resultó en una reducción de la inversión para la mayoría de los países en Latinoamérica, excepto México, Paraguay, Ecuador y las islas caribeñas de Barbados y Bahamas. En general, la tendencia en 2020 fue invertir en países desarrollados. México, enfatizó Bárcena, mostró un comportamiento positivo con un incremento del 6,6% entre 2019 y 2020.
Todos los componentes de la inversión extranjera directa sufrieron el impacto de la pandemia, apuntó la secretaria. “Afectada por el cierre de actividades, es muy difícil que la inversión extranjera directa se constituya en un motor para la recuperación si no hacemos cosas pronto”, dijo Bárcena.
“Las inversiones de las trasnacionales se redujeron y se profundiza una tendencia de los inversionistas a irse a los países desarrollados. Y, ¿por qué? Porque los países desarrollados han mandado señales muy claras de inversiones públicas que van a ir a sectores estratégicos como la infraestructura, energía o sostenibilidad ambiental”.
La recuperación económica de Latinoamérica va a ser parcial, dijo la Cepal. Se estima que el producto interno bruto (PIB) se recuperará 5,2% y en 2022 y 2,9%. “Esto no va a ser suficiente para recuperar niveles de inversión ni de empleo”, dijo Bárcena. “La inversión, la total, es lo que más ha caído en nuestra región”.
“Nos preocupa que el aumento de precios de materias primas y de la demanda en 2021 están incentivando la reprimarización de nuestras economías, y, ya lo sabemos, que este modelo no garantiza crecimiento sostenido, ni mayor productividad ni más empleos y agudiza el deterioro ambiental”, añadió.
“¿Qué tiene que hacer la región para encarar un profundo proceso de transformación? Explicitar planes estratégicos de recuperación, y de inversión asociados a sectores dinámicos hacia un gran impulso ambiental. Si no lo hacemos la inversión extranjera directa se irá a Europa, a América del Norte y algunos países de Asia”, agregó.
Bárcena hizo un llamado a crear un marco regulatorio multilateral que proteja aquellas inversiones que aportan al desarrollo, como las negociaciones que se están llevando a cabo actualmente en la Organización Mundial del Comercio. “Nuestra región se ha focalizado más en proteger a los inversionistas pase lo que pase, no importa si deterioran el empleo o el medio ambiente, que traigan capital, pues no, no es por ahí.”