Por Agencias
El 15 de septiembre se cumplió el aniversario de los 10 años del colapso de Lehman Brothers, institución que sirvió a los mercados financieros por 158 años. Este hecho continúa siendo recordado como resultado de los impactos negativos de su caída en la economía global. La interconexión que mantenía Lehman Brothers con importantes instituciones de otros mercados conlleva al contagio de la crisis a otros continentes.
El colapso de Lehman Brothers, que sobrepasa las consecuencias de previas situaciones como Enron, hoy en día es citado como caso de estudio, haciéndose un gran énfasis en el concepto de instituciones clasificadas como Sistemáticamente Riesgosas o más bien conocidas en el idioma anglosajón como ‘too big to fail’ (TBTF).
COLAPSO DE LEHMAN BROTHERS
Con más de un siglo de operaciones y listado como una de las instituciones más imponentes del mercado de EE.UU., cómo se podría pensar que las operaciones de dicha institución estaban en peligro. Interesados en el tema de la crisis financiera, deducen que previas medidas aplicadas, para subsanar las consecuencias de anteriores crisis financieras, conllevan a que los bancos se involucren en otros tipos de operaciones que permitan la generación de recursos financieros deseados más que requeridos.
La caída de Lehman se atribuye a las hipotecas otorgadas a personas sin capacidad de pago (hipotecas subprime ), las cuales fueron agrupadas mediante el proceso de titularización y posteriormente vendidas a inversionistas prometiendo que los retornos se originarían de los pagos que correspondían a dichas hipotecas.
Para aquellos años se vivió un boom inmobiliario, dado que dichas hipotecas eran otorgadas a todo tipo de perfil, incluso a aquellas personas que no tenían la capacidad financiera para hacer frente a la obligación.
Este acceso a las hipotecas eleva la demanda del crédito creándose así un boom que exige contar con mayor liquidez para continuar ofreciendo al mercado estas facilidades crediticias.
Para crear liquidez, las hipotecas se consolidan en activos denominados deudas con colateral (CDOS) que son vendidos bajo el respaldo de los pagos de los deudores. Dado que los deudores no tenían la capacidad de pago, los seguros contraídos para proteger el riesgo de pago tuvieron que hacer frente, viéndose instituciones como la aseguradora AIG en la necesidad de ser rescatadas por el gobierno de EE.UU. ya que su cese de operaciones se clasificaba como TBTF.
Con activos valorados en US$639.000 millones y deudas que totalizaban $613.000 millones, se comunica el 15 de septiembre de 2008 la declaración en bancarrota bajo el capítulo 11. Las acciones de Lehman Brothers pasaron de cotizar US$77.17 (2016) a solo US$0.13 centavos (2008), menos del 99% de su valor (precios históricos citados en el sitio investorpoint.com ).
TBTF UN TEMA ACTUAL
El tamaño del sector financiero pone bajo lupa principalmente a aquellas instituciones denominadas bajo el término sistemáticamente riesgosas o TBTF, dado que el cese de las operaciones de estas entidades tendría un efecto significativamente negativo en la economía global.
Esto se atribuye a que si una entidad clasificada bajo el concepto TBTF falla, las operaciones de diversas medianas y pequeñas empresas, que dependen de los servicios y productos que ofrecen las TBTF, también se verían afectadas poniendo en peligro la estabilidad laboral de sus colaboradores, así como los intereses de participantes externos, tanto consumidores como inversionistas.
Debido a las consecuencias que acarrean el fallo de las TBTF, los gobiernos de las economías avanzadas implementan planes de rescate ( bailouts ) con el objetivo de brindar los recursos financieros que estas entidades necesiten.
A pesar de estos planes de rescate ser un paliativo para mantener a flote la economía —no tan solo doméstica sino global—, el costo inmediato lo paga la sociedad. Los fondos que se destinan provienen de los contribuyentes que no tienen ninguna relación con las decisiones que conllevan a las crisis. Solamente el rescate de las instituciones del mercado de EE.UU., entre estas aseguradoras, bancos y la industria automotriz, le costó al gobierno norteamericano aproximadamente $350 mil millones.
Sumado a la contribución de la sociedad, existen las preocupaciones con respecto al riesgo de moral ( moral hazard ) y el tamaño que han alcanzado las instituciones bancarias en la actualidad, principalmente de aquellas que fueron incluidas en el plan de rescate.
Con respecto al riesgo de moral, preocupa que los altos mandos de las administraciones de la TBTF tomen mayores riesgos contando con el hecho de que por su importancia al sistema nacional como internacional estarán respaldadas por el gobierno en momento de potenciales crisis. A pesar de que los saldos de los fondos otorgados han sido prácticamente saldados, no se asegura que futuros programas de rescate sean servidos.
En cuanto al tamaño de las instituciones, la magnitud que han alcanzado los bancos de China como de EE.UU. —y que se prevé continúen en crecimiento—, imponen una mayor preocupación dado que el sector financiero global se torna más representativo con respecto a la economía mundial en la última década.
A la actualidad, los activos que manejan entidades incluidas en el programa de rescate 2007-2008, son mayores a los que se manejaban en el período 2006, antes de que se desencadenara la crisis financiera a raíz del boom inmobiliario y las hipotecas subprime .
JP Morgan, quien encabeza el ránking de los bancos más grandes de EE UU, reporta un total de activos de $2.53 tn versus el período 2006 (US$1.5tn), suma que representa un incremento de aproximadamente el 62%.
Entre las otras instituciones que también fueron rescatadas, a excepción de Citigroup —cuyo total de activos ha disminuido un 11% (2006: US$2.19tn vs. 2018: US$1.84tn)—, Bank of America reporta un incremento de activos de 33% (2006: US$1.95 versus 2018: US$2.28tn), mientras Wells Fargo sobrepasa el incremento del 100% (2006: $0.5tn versus 2016: $1.84 tn).
En base a su total de activos, estas cuatro entidades del mercado de EE.UU. listan entre los 15 bancos más grandes del país (cifras S&P Global Market Intelligence citadas por Bankrate.com , 2018). Otras fuentes citan estas instituciones entre los 10 bancos más grandes del mundo ( The Economist , 2018).
Aunado al tamaño que los bancos han alcanzado, también llama la atención la inducción y promoción de productos financieros complejos relacionados significativamente con los mercados de capitales, dando lugar a un crecimiento paulatino de operaciones de la banca de inversión y de los administradores de capitales principalmente en las economías avanzadas.
El colapso de Lehman Brothers, así como la situación crítica de liquidez en la que se vieron involucradas otras instituciones financieras de prestigio como JP Morgan, Bank of America, Wells Fargo y Citigroup, de EE. UU, llevan a cuestionar si las reformas hechas a las regulaciones son las más adecuadas. Hoy en día, con instituciones más robustas en términos de liquidez —pero con crecimientos exuberantes—, los riesgos que imponen las TBTF continúan latentes.