Retroceso político-institucional e insostenibilidad ambiental concluye el Sexto Informe Estado de la Región 2021

Región sigue con rezagos históricos en su democracia y desarrollo socioeconómico

El desempeño general de Centroamérica y República Dominicana en materia de desarrollo humano sostenible durante el período 2015-2019 fue negativo, particularmente en el plano político y ambiental, según el Sexto Informe del Estado de la Región 2021, presentado hoy.

En el marco de la celebración del Bicentenario de la Independencia de la mayoría de estas naciones, el Sexto Informe Estado de la Región encuentra a Centroamérica sumida en la peor crisis en décadas.

El desempeño reciente de la región y de República Dominicana muestra un panorama complejo. El istmo logró algunas mejoras, pero ellas fueron muy puntuales e insuficientes para revertir los rezagos históricos y el deterioro de los últimos años en diversos ámbitos, especialmente en materia político – institucional.

El investigador Alberto Mora Román, coordinador de investigación del Informe, destacó las principales tendencias del desarrollo humano sostenible en la región durante el periodo inmediatamente anterior a la pandemia de la covid-19.

El análisis también incluyó los ámbitos demográfico, económico y social. “Tras el análisis, es evidente que Centroamérica y República Dominicana están en una situación compleja y frágil, no solo por los efectos de la pandemia, sino porque previo a ella, los indicadores mostraban una agudización de los rezagos históricos de la región en áreas clave para su desarrollo humano sostenible”, dijo el investigador.

Deterioro electoral en Honduras y Nicaragua

El periodo analizado se caracteriza por dos aspectos: la erosión del sistema democrático, causada principalmente por irregularidades y deterioro en la gestión de los procesos electorales, especialmente en Nicaragua y Honduras; y el debilitamiento del Estado de derecho en toda la región, vinculado a la pérdida de la independencia entre los poderes.

El informe subraya que la falta de independencia judicial y el bajo presupuesto destinado al Poder Judicial está directamente relacionado con la confianza de la población en la administración de justicia y la baja calificación que, en este ámbito, obtuvieron los países en los índices internacionales que evalúan la democracia.

Al año, el gasto judicial per cápita en la mayoría de los países es menor a los 40 dólares. Esta situación es extrema en Guatemala, Honduras y República Dominicana, en donde anualmente se invierte menos de 20
dólares por habitante.

“Esto hace que la justicia pronta y cumplida sea una aspiración y no una realidad en la región”, explica Mora Román.

El investigador añade que las situaciones anteriormente descritas, además, confluyen con retrocesos en la libertad de prensa, el fortalecimiento de las fuerzas armadas y el estrujamiento de la protesta ciudadana.

“Esto evidencia un control mayor y más vertical del Poder Ejecutivo con respecto al resto del Estado y la sociedad en los países de la región”, señaló Mora Román.

Más gasto militar

En contraste con el gasto judicial, la cantidad de recursos dedicados a las fuerzas armadas continuó aumentando en relación con el periodo 2010-2015. En el año 2019, el gasto militar por habitante creció especialmente en El Salvador, Honduras y República Dominicana, países en donde superó los 45 dólares por habitante.

Pese a que el balance general en el campo del desarrollo político es negativo, cabe destacar que la convivencia social en los países del Triángulo Norte mejoró levemente, debido a la baja en la tasa de homicidios.


Panorama ambiental. Otro ámbito que tiene serias implicaciones en el desarrollo humano sostenible, y que en Centroamérica y República Dominicana tuvo una baja valoración entre el 2015 y 2019, es el ambiental.

En la región, dice el Informe, persiste el uso insostenible del patrimonio natural en un contexto de variabilidad climatológica, lo que implica cambios importantes en los patrones de lluvias y en las temperaturas promedio.

A excepción de Panamá y Nicaragua, el resto de los países de Centroamérica y República Dominicana tienen un déficit ecológico cada vez mayor. Esto significa que el consumo de recursos y la contaminación que se genera es mayor a la capacidad de los ecosistemas para recuperarse.

“Esta situación, junto con la falta de ordenamiento territorial y el crecimiento urbano acelerado, incrementa los altos niveles de riesgo y vulnerabilidad a desastres en la región”, agrega el investigador.

Finalmente, el apartado ambiental destaca que la matriz energética del Istmo sigue dependiendo de hidrocarburos importados, y que la cobertura forestal de los países continúa reduciéndose en la mayor parte
de los países, pese a ello, existen avances como la designación de más áreas protegidas y una creciente generación de energía a partir de fuentes renovables.

El Informe también destaca que, ante este panorama ya frágil y desfavorable, la llegada de la pandemia del Covid-19 indujo rápidos deterioros en los mercados laborales, y en el nivel de ingresos de la población, con consecuentes aumentos en el desempleo y la pobreza.

Los países, que ya tenían limitados márgenes de maniobra fiscal fruto de los elevados déficits, tuvieron que recurrir a un todavía mayor endeudamiento público para financiar las intervenciones necesarias para hacer frente a la crisis sanitaria.

Para hacerle frente a esta situación, el presente informe plantea que es tiempo de actuar, e insta a aprender del pasado, revaluar los activos con que cuenta la región y a no perder la esperanza, para, con la convicción de que la historia no está escrita, impulsar iniciativas concretas a favor del desarrollo humano y la democracia.

El Informe completo podrá ser descargado desde el sitio web del Programa Estado de la Nación: www.estadonacion.or.cr

Artículo anteriorLlegan 1.5 millones de vacunas donadas por Estados Unidos: Covax
Artículo siguienteAvianca asegura $1.600 millones en compromisos para financiar su salida del Capítulo 11: Quiebra