Los estados financieros del Banco Central de Honduras (BCH), muestran crecientes pérdidas a lo largo de los últimos meses, sin señal de las autoridades de buscar revertir esa tendencia. Al cierre del tercer trimestre del año, las pérdidas superaron los “2.736 millones de lempiras”, un monto sin precedentes.
Sólo en el mes de septiembre, las pérdidas aumentaron en 657 millones de lempiras. En relación a diciembre de 2021 (-48.1 millones), se trata de un aumento de 2.688 millones (5,600%), un nivel que significaría la quiebra o insolvencia de cualquier institución financiera privada del país.
A esto se suma que el BCH está “prestando” dinero al gobierno usando las reservas internacionales netas.
Para los analistas económicos, las pérdidas del BCH plantean dos interrogantes ¿Cuál es el origen de las pérdidas?, y ¿Cómo afectan las mismas la solvencia de la institución?
La principal fuente de pérdidas del BCH está representada por lo que en sus estados financieros se denomina como “Fluctuaciones precios de mercado”, que incluyen “ganancias y pérdidas no realizadas por variación de precios de mercado de los instrumentos financieros que el Banco Central de Honduras (BCH) mantiene para negociación, los que diariamente se ajustan al valor razonable conforme a las condiciones del mercado internacional”.
Para el mes de septiembre, el monto por fluctuaciones de precios de mercado fue de “7.183 millones de lempiras”.
A esto hay que sumar que el BCH está utilizando las reservas internacionales, lo cual puede afectar seriamente su solvencia. La propia presidenta del BCH, Rebeca Santos, ha defendido el uso de las reservas que supera los 11.800 millones de lempiras, argumentando que es por la “emergencia fiscal” y, en parte, por la necesidad de pago de deuda externa (Bonos Soberanos).
Los estados financieros reflejan el aumento de los depósitos del sector público en más de 15.000 millones de lempiras. Pasó de 36.649 millones en septiembre de 2021 a 51.806 millones a septiembre de este año. El crédito e inversiones del sector casi se duplicó.
También se registra la reducción de los depósitos del sector financiero de más de 22 mil millones de lempiras.