El año pasado las agencias calificadoras de riesgo (Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s) realizaron revisiones y actualizaciones en las calificaciones de deuda soberana y perspectivas de riesgo país para Costa Rica, El Salvador, Honduras, Panamá y República Dominicana, con resultados positivos y estables.
Para los demás países (Guatemala y Nicaragua), no se realizaron revisiones ni modificaciones por lo que mantienen las calificaciones y perspectivas reportadas en el informe anterior, informó la Secretaria de Estudios Monetarios de Centroamérica (Semca).
Las revisiones se realizaron tomando en cuenta el desempeño de indicadores tales como: evolución de la actividad económica, déficit fiscal, necesidades de financiamiento (local y externo), análisis de ratios deuda pública/PIB, de intereses de deuda/ingresos fiscales, así como indicadores del sector externo, entre otras.
Honduras estable
En el cuarto trimestre del año la agencia Moody´s realizó una revisión de su calificación para el país, reafirmando la calificación y perspectiva. Dado esto, las calificaciones son de ´B1´ (Moody´s) y de ´BB-´(S&P), con perspectivas estable, respectivamente.
En la revisión, la agencia Moody´s destaca que la reafirmación se debe a la continuidad de la política que preservaría la fuerte posición fiscal del país comparado a los pares de la misma calificación, señalan que dicha fortaleza fiscal se mantendría en el contexto del recién acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Adicionalmente, esperan que las autoridades del país ejecuten políticas que busquen promover el desarrollo económico y la reducción de la pobreza.
El crecimiento económico del tercer trimestre se ubicó en 3,9% interanual, impulsado por el desempeño de intermediación financiera, comercio, hoteles y restaurantes, comunicaciones y manufactura y la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. Por su parte, la inflación interanual se ubicó en 5% al mes de noviembre, continuando la tendencia a la baja de meses anteriores.
Entre los factores positivos se destaca el buen acceso del país a fuentes de financiamiento oficiales y las consideraciones para futuras revisiones de las calificaciones serían al alza si se evidencia de que la consolidación fiscal es duradera y la implementación exitosa de las reformas incorporadas en el programa con el FMI.
Una calificación a la baja sería en el caso que las métricas de deudas suban producto de un relajamiento del compromiso fiscal o la inhabilidad para cumplir objetivos del programa del FMI.