Los responsables de la Reserva Federal reconocieron en mayo que en los próximos meses podrían enfrentar “difíciles equilibrios” en forma de un aumento de la inflación y del desempleo, una perspectiva reforzada por las proyecciones de un mayor riesgo de recesión, según las minutas publicadas el miércoles.
La combinación del aumento de la inflación y el desempleo obligaría a los responsables del banco central estadounidense a decidir si dar prioridad a la lucha contra la inflación con una política monetaria más restrictiva o recortar las tasas de interés para apoyar el crecimiento y el empleo.
“Casi todos los participantes comentaron el riesgo de que la inflación resulte ser más persistente de lo esperado”, a medida que la economía se adapta a los mayores impuestos a la importación propuestos por el Gobierno del presidente Donald Trump.
“Los participantes señalaron que el Comité (Federal de Mercado Abierto) podría enfrentar equilibrios difíciles si la inflación resulta ser más persistente mientras las perspectivas de crecimiento y empleo se debilitan”, dijeron las minutas.
“Los participantes estuvieron de acuerdo en que la incertidumbre sobre las perspectivas económicas había aumentado aún más, por lo que resultaba apropiado adoptar un enfoque cauto hasta que los efectos económicos netos de la serie de cambios en las políticas gubernamentales sean más claros”.
Las perspectivas de aumento del desempleo y de inflación se esbozaron en los informes del personal, que preveían una tasa de inflación “notablemente” más alta este año debido al impacto de los aranceles.
También un mercado laboral “que se espera se debilite sustancialmente”, con una tasa de desempleo que superará las estimaciones de largo plazo de pleno empleo a fines de este año y se mantendrá en esa cifra durante dos años.
Los resultados de la reunión del 6 y 7 de mayo y el relato más detallado de la misma reflejado en las minutas se han visto superados desde entonces por la decisión de Trump de retrasar los aranceles más agresivos, en particular el gravamen de 145% a las importaciones chinas que amenazaba con paralizar una gran parte del comercio mundial.
El cambio hizo que muchos analistas rebajaran los riesgos de recesión que el personal de la Fed a principios de mayo había considerado “casi tan probables como la línea de base” de desaceleración pero crecimiento continuo.
Pero, en teoría, esos aranceles solo están en suspenso hasta julio, a la espera de las negociaciones sobre las tasas impositivas definitivas que han mantenido a los funcionarios de la Fed y a los empresarios en la oscuridad sobre el panorama económico al que pueden enfrentarse en los próximos meses.
La incertidumbre que aún se percibe hoy fue también la consigna en la reunión de principios de mayo, cuando la Fed decidió mantener la tasa de interés de referencia estable en la horquilla de 4,25% a 4,5%.
La próxima reunión de la Fed tendrá lugar el 17 y 18 de junio, cuando el banco central dará a conocer las nuevas proyecciones de sus responsables de política monetaria sobre las perspectivas de inflación, empleo y crecimiento para los próximos meses y años, así como la tasa de interés que consideran adecuada.