El juez de bancarrota estadounidense David Jones, ordenará al minorista JC Penney (la otrora cadena de tiendas por departamento) que pague hasta $250.000 en honorarios profesionales para apoyar a un grupo informal de accionistas que han estado desafiando la bancarrota.
A cambio, el grupo de inversores minoristas acordó dejar su intento de rechazar todo el caso junto con su solicitud de estatus como grupo oficial, lo que podría haber resultado en enormes facturas legales para JC Penney.
Los accionistas generalmente no obtienen recuperación en una bancarrota del Capítulo 11, pero las peleas legales que resultan de los accionistas pugnantes pueden retrasar un caso y perjudicar las recuperaciones para los acreedores. Jones dijo que ve el compromiso como una forma de ayudar a educar a los accionistas sobre hacia dónde se dirige el caso y cómo funciona la bancarrota.
“Estoy viendo esto como un gasto muy razonable para continuar la educación y promover la discusión”, dijo Jones. “No es un cofre de guerra”.
La noticia llega inmediatamente después de un aumento vertiginoso en los precios de las acciones de JC Penney y otras empresas en quiebra.
Algunos de los bonos del minorista, que se ubican muy por encima de las acciones en la línea de pago, recientemente se valoraron preliminarmente a solo 1.375 centavos por dólar en una subasta de swap de incumplimiento crediticio, lo que implica probabilidades extremadamente escasas de cualquier pago a los inversores de capital.
Aún así, los accionistas de JC Penney han sido participantes activos en sus procedimientos de bancarrota hasta la fecha. Varios han formulado preguntas durante las audiencias, incluidos los interrogatorios de testigos y las súplicas a Jones para evitar que se agoten las existencias.
En documentos judiciales, el grupo informal de accionistas denunció los recientes pagos de bonificaciones a los ejecutivos e insistió en que la bancarrota podría haberse evitado.
“Si hay alguna forma posible, de cualquier manera, de dar una recuperación significativa a los accionistas, lucharemos por ello”, dijo en la audiencia Joshua Sussberg de Kirkland & Ellis, el abogado de bancarrota de JC Penney. Pero agregó que no declararse en bancarrota “habría dejado a la compañía en una isla desolada sin una posibilidad de supervivencia”.