El presidente Jerome Powell dijo que ha llegado el momento de que la Reserva Federal recorte su tasa de política monetaria clave, afirmando las expectativas de que los funcionarios comenzarán a reducir los costos de endeudamiento el próximo mes y dejando en claro su intención de evitar un mayor enfriamiento en el mercado laboral.
“Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria”, dijo Powell el viernes en el texto de un discurso pronunciado en la conferencia anual de la Reserva Federal de Kansas City en Jackson Hole, Wyoming. “La dirección del viaje es clara, y el momento y el ritmo de los recortes de tasas dependerán de los datos que se vayan obteniendo, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos”.
El jefe de la Fed también reconoció el progreso reciente en materia de inflación, que ha vuelto a moderarse en los últimos meses después de estancarse a principios de año: “Ha crecido mi confianza en que la inflación está en un camino sostenible de regreso a 2%”, dijo, refiriéndose al objetivo de inflación del banco central.
Si bien esas observaciones aportaron cierta claridad a los mercados financieros en el corto plazo, ofrecieron pocas pistas sobre cómo podría proceder la Fed después de su reunión de septiembre.
De todos modos, el discurso confirmó que la Fed está a punto de alcanzar un punto de inflexión clave en su batalla de dos años contra la inflación. Durante la mayor parte de ese tiempo, el mercado laboral se mostró sorprendentemente sólido, lo que dio a los funcionarios margen para concentrarse tenazmente en reducir la inflación hacia el objetivo de 2% del banco central.
La Reserva Federal ha mantenido su tasa de referencia en un rango de 5,25%-5,5% —su nivel más alto en más de dos décadas— durante el último año en apoyo de ese objetivo, apuntalando los costos de endeudamiento en toda la economía.
Sin embargo, justo cuando la inflación se acercaba a su objetivo, aparecieron grietas en el frente laboral, lo que llevó a varios funcionarios de la Reserva Federal a preocuparse de que las altas tasas ahora representen una amenaza para la fortaleza continua de la economía. Las señales de advertencia incluyeron un decepcionante informe de empleo de julio que sacudió los mercados financieros.
“No buscamos ni damos la bienvenida a un mayor enfriamiento de las condiciones del mercado laboral”, dijo Powell, y agregó que la desaceleración del mercado laboral era “inconfundible”.
En su última reunión en julio, la “gran mayoría” de los funcionarios de la Fed consideraron que probablemente sería apropiado recortar las tasas en septiembre si los datos económicos seguían llegando como se esperaba.
Si bien la inflación se mantiene por encima de la meta de la Fed, ha retrocedido notablemente desde su pico reciente de 7,1% en 2022. El indicador de inflación preferido del banco central, el índice de precios de los gastos de consumo personal, aumentó 2,5% en junio respecto al año anterior.
El camino por delante
Aún quedan dudas sobre el camino a seguir de la Fed y Powell no aportó más claridad.
Los inversionistas están sopesando si otro informe negativo sobre el empleo obligaría a la Fed a recortar los tipos en 50 puntos básicos, una cifra mayor de lo habitual, en septiembre. Otra cuestión clave es cómo podrían proceder los responsables de la política monetaria con el ritmo y la magnitud de los recortes de tipos en los meses siguientes.
Powell dijo que los responsables políticos “harán todo lo posible para apoyar un mercado laboral fuerte a medida que avanzamos hacia la estabilidad de precios”.