Las remesas a los países de ingreso bajo y mediano enfrentaron factores adversos en el ámbito mundial en 2022, pero experimentaron un crecimiento aproximado del 5%, hasta alcanzar los 626.000 millones de dólares. Esta cifra es muy inferior al aumento del 10,2 % que se registró en 2021, según la “Reseña sobre migración y desarrollo” publicada por el Banco Mundial.
Sin embargo, la proyección del BM es mayor a la de inicios del año de 4,2%
Los flujos de remesas a las regiones en desarrollo se vieron afectados por varios factores en 2022. A medida que la pandemia de COVID-19 disminuía, la reapertura de las economías receptoras respaldó el empleo de los migrantes y su capacidad para continuar ayudando a sus familias en su país de origen.
El aumento de los precios, por otra parte, incidió de manera adversa en los ingresos reales de los migrantes. Otro factor que influye en el valor de las remesas es la valorización del rublo, que se tradujo en un mayor valor, en términos del dólar estadounidense, de las remesas procedentes de Rusia con destino a Asia central.
En el caso de Europa, el debilitamiento del euro tuvo el efecto opuesto de reducir el valor en dólares estadounidenses de los flujos de remesas con destino al Norte de África y a otros países. En los países que sufrieron escasez de divisas y establecieron múltiples tipos de cambio, los flujos de remesas registrados oficialmente disminuyeron a medida que se optaba por efectuar las remesas a través de canales alternativos que ofrecían tipos de cambio más convenientes.
“Los migrantes contribuyeron a atenuar la rigidez de los mercados laborales en los países anfitriones mientras ayudaban a sus familias a través del envío de remesas. Las políticas inclusivas de protección social han ayudado a los trabajadores a capear las incertidumbres en materia de ingresos y empleo creadas por la pandemia de COVID-19.Dichas políticas generan impactos mundiales a través de las remesas y se deben seguir aplicando”, afirmó Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.
A nivel regional, África podría ser la región más perjudicada por las crisis simultáneas, incluida la grave sequía y el alza de los precios internacionales de la energía y los productos básicos alimentarios. Se calcula que las remesas a África subsahariana han aumentado un 5,2 %, en comparación con el 16,4 % registrado el año pasado.
En otras regiones, se estima que los flujos de remesas han crecido un 10,3 % en Europa y Asia central, donde el aumento de los precios del petróleo y la demanda de trabajadores migrantes en Rusia respaldó las remesas, además de los efectos de la valorización de la moneda.
En Ucrania, las remesas registraron un aumento aproximado del 2 %, una cifra inferior a las proyecciones anteriores, debido a que los fondos se enviaron a los países que habían recibido a los ucranianos. Asimismo, es probable que haya aumentado el volumen de dinero entregado en mano. Se calcula que los flujos de remesas crecieron un 9,3% en América Latina y el Caribe, un 3,5 % en Asia meridional, un 2,5 % en Oriente Medio y Norte de África y un 0,7 % en Asia oriental y el Pacífico.
En 2022, por primera vez un país individual, India, va camino a recibir remesas anuales por valor de más de $100.000 millones.