Las mascarillas de Leaf, high tech, se desinfectan solas y se conectan a un smartphone

Las mascarillas higt tech con fuerte demanda a nivel global

Según un estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) el gasto mensual en mascarillas en una familia de cuatro miembros se sitúa entre los 70 y los 150 euros (entre 2.000 y 4.200 lempiras).

Sin embargo, una nueva mascarilla no desechable permitiría reducir los precios. Al menos eso proponen las Leaf de la norteamericana Leaf Healthcare, disponibles en tres categorías (según sus funciones).

Son transparentes y protegen del polvo, de la contaminación y de los microbios gracias a su filtro HEPA; otro filtro, de carbón activo, elimina los malos olores. Todos se alojan en la zona de la barbilla para no estorbar la visibilidad de la boca.

Con recubrimientos antivaho, autolimpiantes, antimicrobianos e hidrofóbicos, cuentan con un sistema de desinfección por luz ultravioleta que se activa solo cada 30 segundos o cada vez que se pulsa el botón ad hoc en la mascarilla.

El diseño más sofisticado incluye conexión al móvil. Su precio parte de los 50 euros. Hay lista de espera.

CLIU Fabricada en Italia y diseñada por el español Álvaro Gonzáles, ya se encuentra a la veta y tiene un precio entre 90 y 250 euros. Es transparente, sostenible, inclusiva, se autodesinfecta en menos de 60 minutos mediante una lámpara ultravioleta y algunos modelos incluyen micrófono y sensores que miden la calidad el aire, el ritmo de la respiración o posibles focos de coronavirus.

AERI

Es el prototipo que presentó en julio Xiaomi y que ha desarrollado su socia Huami. De categoría N95 (limpia el aire que entra), es transparente para permitir que el desbloqueo facial del móvil funcione y que las personas sordas puedan leer los labios.

Cuando no se está usando, se enchufa a través del puerto USB que lleva integrado a una fuente de alimentación para que se active un sistema de luces ultravioleta que la desinfecta y la deja lista para el siguiente uso.

Hay que cambiarle los filtros, que van situados en los laterales, bien porque ya están sucios o bien porque no pegan con el look elegido para el día pues los hay de varios colores.

NARVALO Disponible en seis colores y con un precio de 89 euros, la milanesa Narvalo es mucho más que una mascarilla. Es transpirable y lavable; su válvula de exhalación impide que se empañen las gafas, es irrompible y ergonómica.

Está provista de cinco capas que filtran 99,9% de virus, bacterias y olores; lleva dos filtros (5 filtros, 60 euros) y alerta para cambiarlos. Inspirada en ese cuerno del narvalo que le sirve de antena, se puede conectar al móvil a través de una aplicación que informa de ciertos parámetros del entorno como las condiciones ambientales o la calidad del aire. Agotadísima, parece que la nueva remesa llegará en septiembre.

GADO

Gado

Desde Shangai llega Gado & Ken, un diseño (aún prototipo) digno de un ninja. Fulden Dehneli firma este modelo que podría convertirse en un verdadero objeto de culto. Gdo (guardia en japonés) combina una máscara transparente con un protector ocular consistente en un escudo que se desliza hacia arriba para proteger los ojos.

El escudo “lo guarda” una estructura textil que se despliega cuando aquel se desliza: un casco samurai en toda regla. Solo las correas de sujeción para la cabeza son un delirio.

De las prestaciones tecnológicas de la mascarilla nada ha trascendido, pero son irrelevantes ante semejante derroche estético.

Artículo anteriorExportaciones de la maquila caen 29% y suman $2.410 millones al tercer trimestre
Artículo siguientePrecios del petróleo avanzan hacia los $49 tras la firma de Trump de plan de alivio