Las operaciones globales de fusiones y adquisiciones (M&A) han alcanzado los 2,6 billones de dólares, la cifra más alta para los primeros siete meses del año desde el pico registrado en 2021 durante la pandemia, ya que la búsqueda de crecimiento en los consejos directivos y el auge de la inteligencia artificial han superado la incertidumbre generada por los aranceles estadounidenses.
El número de transacciones hasta el 1 de agosto es un 16% inferior al del mismo periodo del año anterior, pero su valor es un 28% mayor, según datos de Dealogic, impulsado por megadeals estadounidenses valorados en más de 10.000 millones de dólares.
Entre estos acuerdos destacan la propuesta de Union Pacific Corp de adquirir a su pequeño rival Norfolk Southern por 85.000 millones de dólares y la ronda de financiación de OpenAI, liderada por Softbank Group, que alcanzó los 40.000 millones de dólares.
Este repunte supone un alivio para los banqueros que empezaron el año con la expectativa de que la administración del presidente estadounidense Donald Trump desencadenaría una ola de consolidaciones.
Sin embargo, sus aranceles comerciales y la incertidumbre geopolítica hicieron que las empresas se detuvieran hasta que la renovada confianza en los consejos directivos y la agenda antimonopolio de la administración estadounidense cambiaron el ambiente.
“Lo que estamos viendo actualmente en cuanto a la justificación de las operaciones es que están fuertemente motivadas por el crecimiento, y esa tendencia va en aumento”, declaró Andre Veissid, líder global de Estrategia y Transacciones de Servicios Financieros de EY, a Reuters.
“Ya sea por la inteligencia artificial o por los cambios en el entorno regulatorio, vemos que nuestros clientes no quieren quedarse atrás en esa carrera y eso está impulsando la actividad”.
En comparación con agosto de 2021, cuando los inversores, tras los confinamientos por la pandemia, llevaron el valor de las operaciones a 3,57 billones de dólares, el total de este año es casi 1 billón de dólares, o un 27%, inferior.
No obstante, los responsables de fusiones y adquisiciones de JPMorgan Chase han señalado que aún hay más por venir, ya que las empresas buscan acuerdos de mayor envergadura en la segunda mitad del año mientras los ejecutivos se adaptan a la volatilidad.
“La gente se ha acostumbrado a la incertidumbre imperante, o quizás la imprevisibilidad tras las elecciones estadounidenses es ahora más predecible”, comentó Simon Nicholls, codirector del grupo Corporativo y de Fusiones y Adquisiciones de Slaughter and May.
Nigel Wellings, socio de Clifford Chance, afirmó que el mercado está superando el tema de los aranceles. “Los consejos directivos ven la oportunidad de M&A en un entorno económico más estable y con señales regulatorias positivas. Pero no es un mercado sobrecalentado”.
De la salud a la tecnología
Mientras que el sector sanitario lideró las fusiones y adquisiciones en los años posteriores a la pandemia, la industria de la informática y la electrónica ha generado más ofertas de adquisición en Estados Unidos y el Reino Unido en los dos últimos años, según Dealogic.
Se espera que la inteligencia artificial impulse aún más las operaciones. La actividad de M&A ha aumentado en torno al uso de centros de datos, como la adquisición por parte de Samsung de FlaktGroup, especialista alemán en refrigeración de centros de datos, por 1.700 millones de dólares.
El acuerdo de 25.000 millones de dólares de Palo Alto Networks para adquirir a su par israelí CyberArk fue la mayor operación en Europa, Oriente Medio y África en lo que va de año, ya que el aumento de amenazas impulsadas por la IA lleva a las empresas a adoptar defensas más sólidas.
El capital privado, que había permanecido al margen, ha vuelto a la actividad, con la operación de 10.000 millones de dólares de Sycamore Partners para privatizar Walgreens Boots Alliance y una oferta mejorada de 6.400 millones de dólares de Advent por la británica Spectris, fabricante de instrumentos científicos.
Estados Unidos fue el mayor mercado de M&A, representando más de la mitad de la actividad global. Las operaciones en Asia-Pacífico se duplicaron respecto al mismo periodo del año pasado, superando el ritmo de la región EMEA.