Si la situación financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) era “insostenible” el año pasado cuando se cerró con pérdidas acumuladas por 62.697 millones de lempiras y pasivos (deudas) por 90.047 millones, poco se ha hecho este año para revertir esa premisa.
Según el balance financiero de la ENEE, el déficit acumulada en el primer semestre del año fue de 72.401 millones y se incrementaron las deudas (pasivo) a “94.382 millones de lempiras”.
Esta cifra representa 4.347 millones más en relación a diciembre de 2021 y más de 12.300 millones comparado con el 2021.
El aumento de las deudas de la ENEE se debe, en gran parte, a la falta de pago con los proveedores de servicios (generadores de energía en especial con casi 17.000 millones), además del enorme costo de la deuda externa e interna con bancos privados nacionales e internacionales.
El pasivo a largo plazo (deuda externa e interna, bonos y otros), suman 58.998 millones de lempiras al mes de junio, superior en 2.037 millones en relación a junio de 2021 (L56.960 millones).
Con los proveedores la deuda es de 19.922 millones de lempiras, “7.895 millones de lempiras más que en junio de 2021 (L12.026 millones)”. El pago de cargos fijos a los generadores también muestra un incremento importante.
La deuda externa supera los 5.811 millones, y la interna 5.346 millones de lempiras.
La ENEE enfrenta millonarias demandas civiles y ante lo Contencioso Administrativo por más de 8.700 millones de lempiras. Existe un arrastro de saldos con EEH por 6.799 millones de lempiras.
La ‘buena noticia’
A pesar del deterioro financiero, administrativo y de pérdidas de energía, La ENEE tiene un buen año en ingresos con casi 20.000 millones de lempiras al mes de julio. Una buena parte de estos ingresos es para el presupuesto de la ENEE, que se centra en la compra de energía y el pago de salarios de su numeroso personal.
Además está en trámite el reembolso de Finanzas, por el subsidio al consumo de 150 kilovatios al mes para más de un millón de clientes de la estatal de energía.
Lo malo es que estos ingresos se pagarían con fondos públicos, ya sea con la recaudación de impuestos, deuda interna o la deuda externa recién aprobada por el BCIE de 250 millones de dólares para apoyar el plan estatal para el sector de energía.