La OMS alerta acerca de la enfermedad de Chagas en Latinoamérica

La enfermedad de Chagas, causada por el parásito Trypanosoma cruzi y transmitida principalmente por insectos triatominos conocidos como “chinches besuconas”, continúa representando una amenaza para millones de personas en América Latina, según el más reciente informe de la OMS sobre salud pública.

Aunque históricamente ha sido considerada una enfermedad rural y desatendida, su impacto se extiende actualmente a zonas urbanas y también a regiones fuera de América Latina debido a la migración. El informe resalta que la enfermedad afecta a más de 6 millones de personas en todo el mundo, siendo Bolivia, Argentina, Brasil, Colombia y México algunos de los países más afectados.

Uno de los principales retos señalados es la falta de diagnóstico oportuno. Se estima que cerca de 70% de las personas infectadas no son conscientes de que padecen la enfermedad, lo que impide el tratamiento temprano. En su fase aguda, el mal de Chagas puede no presentar síntomas, pero en su etapa crónica puede provocar complicaciones cardíacas y digestivas graves, incluyendo insuficiencia cardíaca.

El informe también subraya que, si bien existen tratamientos como el benznidazol y el nifurtimox, su eficacia disminuye a medida que la enfermedad avanza. Además, el acceso a estos medicamentos sigue siendo limitado en varias regiones.

En términos de prevención, los programas de control vectorial han logrado avances significativos, especialmente en la eliminación del vector en países como Uruguay y Chile. Sin embargo, la transmisión congénita, a través de transfusiones sanguíneas o trasplantes de órganos, sigue siendo una vía preocupante de propagación.

La OMS recomienda reforzar las campañas de detección precoz, ampliar el acceso al tratamiento y mejorar los sistemas de vigilancia. También destaca la necesidad de mayor inversión en investigación para desarrollar herramientas diagnósticas más eficaces y medicamentos con menos efectos adversos.

A pesar de los esfuerzos regionales, el informe concluye que el mal de Chagas continúa siendo un problema de salud pública subestimado y que requiere atención sostenida por parte de los gobiernos, organizaciones internacionales y sistemas de salud.

Artículo anteriorPanamá renueva adhesión a fondo de inversiones del BID
Artículo siguienteWashington reafirma que Chevron perderá licencia en Venezuela este mes