La economía mundial crecerá 2,9% este año, 2,7% en 2024 y 3% en 2025, según las perspectivas económicas de la La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El informe de perspectivas de la Ocde anunció que, si bien la desaceleración fue menor, teniendo en cuenta los 2,9% que se tenía para 2023, la senda de crecimiento bajó para todas las economías del globo.
Esta cifra está antes de subir hasta 3% en 2025 a medida que el crecimiento del ingreso real se recupere y las tasas de interés oficiales comiencen a reducirse, entre los factores de la organización.
El documento también resalta que si bien se están realizando ajustes para que haya una consolidación fiscal, todavía hay riesgos de que hayan incumplimientos en la regla fiscal. En específico, la Ocde resalta los déficits presupuestarios previstos de 4,3% del PIB en 2023, 4,5% en 2024 y de 3,5% en 2025, que están justo dentro de los límites que establecen las normas fiscales.
Tensión geopolítica y Latinoamérica
Los riesgos para las perspectivas mundiales a corto plazo siguen sesgados a la baja. Las crecientes tensiones geopolíticas debido al conflicto que siguió a los ataques terroristas de Hamás contra Israel son una preocupación clave a corto plazo, particularmente si el conflicto se ampliara.
Esto podría provocar perturbaciones significativas en los mercados energéticos y las principales rutas comerciales, y un riesgo adicional de revalorización en los mercados financieros, lo que desaceleraría el crecimiento y aumentaría la inflación.
“Los obstáculos generados por las crecientes restricciones comerciales, las políticas orientadas hacia adentro y la reestructuración de las cadenas de valor globales también están contribuyendo a las perspectivas inciertas para el comercio global”, se lee en el informe.
Las continuas presiones de costos, los nuevos aumentos de los precios de la energía y los alimentos, o los signos de una tendencia al alza en las expectativas de inflación podrían obligar a los bancos centrales a mantener las tasas de política más altas durante más tiempo de lo esperado, lo que podría generar estrés adicional en los mercados financieros.
“Unas condiciones financieras mundiales más estrictas de lo esperado también intensificarían las vulnerabilidades financieras, incluso en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, y aumentarían las presiones sobre el servicio de la deuda en los países de bajos ingresos”, complementan.
En América Latina, se prevé que las tasas oficiales en Brasil sigan bajando, y se espera que las condiciones crediticias más estrictas reduzcan constantemente la inflación subyacente.
Se proyecta que México comience a reducir las tasas de política en una etapa posterior, en la segunda mitad de 2024, cuando se espera que tanto la inflación general como la subyacente caigan por debajo del 4%, el límite superior de la banda meta de inflación.
En algunas economías en las que un endurecimiento significativo de las políticas comenzó en una etapa relativamente temprana, incluidos Brasil y Chile, los bancos centrales ahora han comenzado a reducir las tasas de política a medida que cae la inflación.
En otros, como India, México y Sudáfrica, las tasas oficiales se mantienen sin cambios y la inflación se mantiene contenida pero no disminuye rápidamente. China es una excepción notable, ya que la inflación está muy baja aún.