Los elevados riesgos para la deuda pública requieren ajustes fiscales duraderos y bien diseñados
El nivel mundial de deuda pública es muy elevado, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Se prevé que para el final de este año supere los USD 100 billones, el 93% del PIB mundial, y que se acerque al 100% del PIB para 2030. Esto supone 10 puntos porcentuales del PIB más que la cota observada en 2019, antes de la pandemia”, señala el organismo.
Aunque el panorama no es homogéneo —se espera que la deuda pública se estabilice o disminuya en dos tercios de los países—, la edición de octubre de 2024 del informe Monitor Fiscal del FMI pone de manifiesto que los niveles de deuda futuros podrían superar las proyecciones, y que para que la probabilidad de estabilizarlos o reducirlos sea alta, será necesario realizar ajustes fiscales mucho mayores de los previstos.
El informe sostiene que los países deberían afrontar ahora los riesgos de deuda por medio de políticas fiscales bien diseñadas que protejan el crecimiento y a los hogares vulnerables, aprovechando el ciclo de flexibilización de la política monetaria.
Peor de lo esperado
Las perspectivas fiscales de muchos países podrían ser peores de lo esperado por tres motivos: las grandes presiones sobre el gasto, el sesgo optimista de las proyecciones de deuda y la sustancial deuda no identificada.
Anteriores estudios del FMI han mostrado que el discurso en cuestiones fiscales se ha inclinado cada vez más hacia un aumento del gasto en todo el espectro político. Además, los países tendrán que incrementar el gasto para hacer frente al envejecimiento y la consiguiente atención médica de la población; la transición verde y la adaptación al cambio climático; y las necesidades de defensa y seguridad energética generadas por las crecientes tensiones geopolíticas.
Por otro lado, la experiencia pasada sugiere que las proyecciones de deuda tienden a subestimar los resultados reales por un margen considerable. En promedio, la relación deuda/PIB efectiva a cinco años vista puede llegar a superar las proyecciones en 10 puntos porcentuales del PIB.
El Monitor Fiscal presenta un novedoso marco de “deuda en riesgo” que vincula las condiciones macrofinancieras y políticas actuales con todo el espectro de posibles resultados futuros de deuda. Este método va más allá del típico enfoque centrado en las estimaciones puntuales de los pronósticos de deuda y ayuda a las autoridades a cuantificar los riesgos para las perspectivas de la deuda y a identificar sus fuentes.
Este marco muestra que, en un escenario adverso extremo, la deuda pública mundial alcanzaría el 115% del PIB en tres años, lo que supone casi 20 puntos porcentuales más de lo previsto actualmente.
Esto podría deberse a varios motivos: un crecimiento más débil, condiciones de financiamiento más estrictas, desviaciones fiscales y una mayor incertidumbre económica y de las políticas. Es importante señalar que los países son cada vez más vulnerables a factores mundiales que afectan a sus costos de endeudamiento, incluidos los efectos transfronterizos de un aumento de la incertidumbre en torno a las políticas en países de importancia sistémica, como Estados Unidos.
La importante deuda no identificada es otro de los motivos por los que la deuda pública puede resultar considerablemente más alta de lo previsto. Un análisis de más de 30 países detectó que el 40% de la deuda no identificada procede de pasivos contingentes y de riesgos fiscales que afrontan los gobiernos, la mayoría relacionados con pérdidas de empresas estatales. Históricamente, la deuda no identificada ha sido abultada —ha oscilado entre el 1% y el 1,5% del PIB en promedio—, y aumenta de manera pronunciada durante períodos de tensión financiera.
Una mayor consolidación fiscal
Si la deuda pública es más elevada de lo que parece, probablemente el esfuerzo fiscal actual sea menor de lo necesario.
La consolidación fiscal es crucial para contener los riesgos de la deuda. Ahora que la inflación se está moderando y los bancos centrales están bajando sus tasas de interés de política monetaria, las economías están en mejores condiciones para absorber los efectos económicos del endurecimiento de la política fiscal. Retrasar este ajuste sería costoso y también arriesgado, ya que la corrección necesaria aumenta con el transcurso del tiempo. Además, la experiencia demuestra que una deuda elevada y la ausencia de planes fiscales creíbles pueden desencadenar reacciones adversas de los mercados, lo que limitaría el margen de maniobra en caso de turbulencia.
El elevado nivel de deuda pública es motivo de preocupación. El Monitor Fiscal sostiene que los riesgos son altos incluso en algunos países en los que los niveles de deuda pública parecen manejables, y que los datos reales de deuda de los próximos años pueden ser peores de lo previsto.