La cumbre sobre seguridad energética pide unidad para garantizar el suministro

Unos 120 delegados de 60 países participaron este jueves en Londres en la Cumbre sobre el Futuro de la Seguridad Energética, donde dominaron los llamamientos a la unidad para afrontar las amenazas que pesan sobre las cadenas de suministro.

La reunión, coorganizada por el Gobierno del Reino Unido y la Agencia Internacional de la Energía (AIE), continuará con un plenario ministerial este viernes, tras lo cual se prevé que presenten las conclusiones.

Al inaugurar la primera jornada, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, advirtió de que el acceso confiable y asequible al petróleo y a los minerales críticos son actualmente los dos principales riesgos para la seguridad energética global.

El primer ministro británico, Keir Starmer, dijo que la producción de energías limpias permite a los países recuperar algo de control, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abogó por “una respuesta colectiva” a los desafíos de un mundo volátil.

Tensión con Estados Unidos

Birol señaló que, “al peligro tradicional de las interrupciones en la oferta de crudo y gas, se añade ahora el de los minerales críticos”, imprescindibles para la producción de baterías eléctricas y tecnologías de energía limpia, los cuales se concentran en manos de unos pocos países, entre ellos China.

El experto propuso a los presentes colaborar en lo posible y guiarse, de cara a mitigar los riesgos, por “tres reglas de oro: diversificación, predictibilidad y cooperación”.

Starmer adujo que la transición hacia fuentes de energía limpias y renovables “es la única manera de tener control sobre el suministro” energético, frente a la volatilidad de los mercados de hidrocarburos.

Sin embargo, Tommy Joyce, subsecretario interino de Energía para Asuntos Internacionales del Gobierno de Estados Unidos, criticó el impulso a las renovables auspiciado por el anterior Ejecutivo de Joe Biden y defendió el regreso a los combustibles fósiles que defiende el presidente Donald Trump.

“Durante la última Administración, la atención se centró en la política climática y medidas que condujeron a la escasez (energética). Estas políticas han sido adoptadas por muchos, no solo por Estados Unidos, y perjudican vidas humanas”, sostuvo.

Por su parte, Von der Leyen, además de incidir en la transición verde, instó a “aumentar la colaboración en toda la cadena de valor energética”, para lo cual propuso trabajar en cinco puntos.

Primero, los países aliados deben “definir una visión clara del rumbo a seguir y comprometerse a seguirlo”, y en segundo lugar han de “convertir los objetivos en proyectos concretos”.

Como tercer aspecto, planteó colaborar para asegurar el acceso a minerales críticos y, el cuarto, trabajar conjuntamente en el desarrollo de infraestructuras. Por último, subrayó la necesidad de cooperar para su protección.

También intervino en la reunión, como representante del sector privado, Ignacio Galán, el presidente de Iberdrola, una de las empresas patrocinadoras, como líder en energía eólica en el Reino Unido.

“Mi mensaje es muy claro: la electrificación es imparable y significa seguridad. Con una estimación de que la demanda mundial de electricidad se duplique para 2050, la inversión en redes, tanto de transporte como de distribución, generación y almacenamiento es más urgente que nunca para atenderla”, manifestó.

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