Este lunes comenzó la reapertura económica en Guatemala, con los sectores de restaurantes, iglesias, transporte público y centros comerciales con un nuevo sistema de alertas de la Covid-19 que regulará las actividades económicas y de convivencia.
La medida entraron en vigor después de 130 días desde que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, ordenara el pasado 15 de marzo (igual que Honduras) el cierre del país por la Covid-19, dos días después de detectar el primer caso positivo del coronavirus.
La “reapertura de la economía” ordenada por Giammattei se regirá por un nuevo tablero de alertas, divulgado hace 15 días, que regulará las actividades económicas y de convivencia en el país, dependiendo de la cantidad de contagios en cada uno de los 340 municipios del país.
“Que Guatemala no se detenga”, dijo el presidente en cadena nacional.
El gobernante explicó que el semáforo epidemiológico, es decir el nuevo tablero de alertas, permitirá el funcionamiento de la economía en municipios donde hay pocos contagios, sin verse afectados por lo que suceda en otras regiones.
Los restaurantes, el transporte público, los centros comerciales y las iglesias podrán abrir nuevamente este lunes con un aforo restringido dependiendo del color de la alerta que afecte su municipio.
El sistema de alertas está compuesto por cuatro colores y va de verde, el más permisivo y la “nueva normalidad” en palabras de Giammattei hace 15 días, al rojo (alerta máxima), pasando por el naranja (alerta alta) y amarillo (alerta moderada).
En ninguno de los planes expuestos por el gobernante se señala la reapertura del ciclo educativo o de las fronteras, aunque durante junio Giammattei no descartó públicamente ambas opciones durante el segundo semestre del año.
El toque de queda implantado desde el 22 de marzo continuará, pero ahora de nueve de la noche a cuatro de la mañana, desbancando el anterior que prohibía la locomoción de 6 de la tarde a 5 de la mañana.
Guatemala ha contabilizado hasta ayer domingo un total de 45.053 casos de coronavirus y 1.734 muertes por la enfermedad, la mayor cantidad de decesos en Centroamérica según registros oficiales.