Este martes 9 de marzo será difícil de olvidar para el Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández. Desde los tres poderes de Estados Unidos fue señalado de construir un narco Estado.
Tras las explosivas acusaciones del fiscal Jacob Gutwilling a un jurado en Manhattan surgieron otras voces de Washington contra el gobernante que lleva su segundo mandato y que dice ser un combatiente del narcotráfico y las maras en ese territorio.
Norma Torres, congresista de origen guatemalteco y que ha mantenido especial observación sobre el Triángulo Norte Centroamericano en torno a la corrupción e impunidad como causantes de la pobreza y la migración indocumentada, hizo una feroz publicación en Twitter contra Hernández.
“Hernández, mantenga su cocaína y mentiras sobre su lucha contra la corrupción en la que usted entra para alguien tonto que lo crea. Por esta razón he recortado la asistencia y equipo militar para el narco estado hondureño y su jefe de carteles durante dos años”, escribió.
Y desde el Ejecutivo, Ned Price, el portavoz del Departamento de Estado, sostuvo que “cualquier líder (…) que no esté preparado para combatir la corrupción no estará en posición de tener una alianza estrecha con Estados Unidos”.
En consonancia con la investigación de la fiscalía, Price dijo sobre las acusaciones contra Hernández: “Apoyamos fuertemente el estado de Derecho y la lucha contra la impunidad. Eso es verdad en Honduras, en todos los niveles en Honduras”.
Acusación sin precedentes
“Toneladas de cocaína, armas, violencia, asesinatos brutales, sobornos y corrupción”: así comenzó el alegato inicial de los fiscales estadounidenses que acusan al presidente de Honduras, de ayudar a traficar droga a Estados Unidos.
Las declaraciones fueron realizadas en el marco del juicio a Geovanny Fuentes en la corte federal de Manhattan, en Nueva York, un presunto narcotraficante hondureño que según los fiscales fue socio de Hernández en el millonario negocio de la droga.
El fiscal Jacob Gutwillig dijo al jurado que el presidente hondureño y Fuentes “planificaron enviar tanta cocaína a Estados Unidos como pudieran”.
El negocio “floreció” debido a los sobornos pagados por Fuentes a políticos, militares y policías, e “incluso al presidente de Honduras” a cambio de protección y de ayuda en el transporte de la cocaína, indicó.
La asociación de Fuentes con Hernández le tornó “intocable”, aseguró la acusación en el segundo día de un juicio que durará unas dos semanas. “El acusado era parte del narco Estado hondureño”.
Los fiscales a cargo del caso le consideran un “co-conspirador” de Fuentes, pero no ha sido inculpado ante la justicia.
En 2013 y 2014, Fuentes pagó sobornos por “$25 mil en efectivo del dinero de la droga” al actual presidente, a cambio de protección, “y algo más valioso: acceso al laboratorio de droga del acusado” en las montañas de Honduras, dijo Gutwillig al jurado. A cambio, y pese a sus numerosos crímenes, incluidos asesinatos, Hernández lo protegió de la justicia hondureña y le ayudó a transportar la droga, aseveró.
Según Gutwillig, un contador identificado como José Sánchez que trabajaba para una empresa arrocera a través de la cual Fuentes lavaba dinero y que presenció reuniones suyas con Hernández, contará al jurado “el shock, el miedo que sintió cuando vio al acusado sentarse con el presidente”.
¿Qué dice la Defensa?
El abogado de la defensa, Eylan Schulman, intentó desacreditar el eventual testimonio del contador en sus alegatos iniciales.
“Supuestamente $25 mil es todo lo que lleva sobornar a un presidente”, afirmó con ironía. El contador “tiene mucho que ganar y poco que perder” con su testimonio porque espera recibir asilo en Estados Unidos a cambio, señaló.
La defensa también dijo al jurado que no debe creer el testimonio que prestará próximamente “uno de los peores asesinos en la faz de la Tierra”, Leonel Rivera, exlíder del cartel hondureño Los Cachiros, que mató a 78 personas, intentó matar a otras 15 y está preso en Estados Unidos.
“El gobierno (estadounidense) acordó hacer un trato con este diablo (…) Nunca se le debe creer”, dijo Schulman.
El hermano del presidente, Tony Hernández, de 42 años, fue hallado culpable de narcotráfico “a gran escala” en Nueva York en octubre de 2019, y su sentencia, aplazada varias veces, está prevista para el 23 de marzo. Los fiscales aseguran que Tony era el intermediario entre Fuentes y el presidente.
Hernández, un abogado que asumió el cargo en 2014 y está en su segundo mandato, niega todas las acusaciones y se presenta como un adalid del combate contra el narcotráfico y las pandillas.
El mandatario aseguró el lunes en Twitter que exnarcos prestarán “falsos testimonios” en el juicio para vengarse por su lucha contra el narcotráfico y reducir sus penas de cárcel, y amenazó con dejar de cooperar con Washington si la justicia estadounidense les otorga beneficios a cambio.