Fitch Ratings mantuvo la calificación para El Salvador en CCC+, sin hacer ninguna modificación después de la emisión de los $1.000 millones y la recompra por $487 millones de deuda que se vencía en 2025, 2027 y 2029.
La notas CCC, se refieren a Riesgo Crediticio Sustancias. El margen de seguridad es muy bajo. El incumplimiento es una posibilidad real.
Para Fitch la emisión se hizo a un “un fuerte descuento y una tasa de cupón alta (9,5%), lo que resultó en un rendimiento del 12%”. Esta emisión y otras como la de 2020, más la deuda local implican “altos costos de endeudamiento han resultado en un diferencial adverso entre tasa de interés y crecimiento que podría mantener la relación de deuda y PIB en una trayectoria ascendente”.
Hasta 2023 la deuda del sector público no financiero alcanzó el 84,9% del PIB en 2023, frente al 77,1% en 2022; y para la calificadora se mantendrá en ese rango en los próximos años.
Fitch explica que la calificación del país “está limitada por la alta deuda gubernamental, una historia reciente de incumplimiento de la deuda local relacionada con las pensiones, un déficit fiscal persistente y una capacidad de financiamiento limitada. Además, la disminución de los indicadores de gobernanza también limita las calificaciones”.
La calificadora reconoce que la capacidad del mercado local de otorgar el financiamiento necesario para el Estado se está viendo limitado, ya sea por “capacidad u apetito”, aunque considera que “podrá continuar financiando su presupuesto en el corto plazo a través del mercado local”.
Por otra parte, Fitch señala el factor seguridad ha ayudado a un mayor crecimiento económico como el registrado en 2023 y que esperan que este ronde el 3% del PIB en 2024.
El Salvador mantiene las calificaciones de riesgo más bajas de Centroamérica y de las más bajas de América Latina. Las notas además del CCC+ de Fitch, son de B- de parte de S&P y de Caa3 de parte de Moody’s.