Misiles rusos impactaron este martes en edificios administrativos en Kharkiv, la segunda ciudad más de Ucrania, provocando la muerte de al menos siete civiles. En Kiev, la principal torre de televisión de la capital fue alcanzada por un proyectil.
El sexto día de la invasión rusa a Ucrania, Moscú parece apuntar a áreas civiles con armas cada vez más poderosas, y un convoy de 40 millas de largo de tanques y vehículos rusos se encontraba a unas 20 millas al norte de Kiev, una presencia amenazante que planteó la posibilidad de que Moscú podría intentar un cerco de la capital.
Aumentando las tensiones ya altas, el Ministerio de Defensa ruso amenazó con realizar ataques contra instalaciones en la ciudad pertenecientes al servicio de seguridad de Ucrania y a una unidad de operaciones especiales para prevenir ataques de información contra Moscú.
Aquí están los últimos hechos:
El presidente Zelensky acusó el martes a Rusia de crímenes de guerra por atacar a civiles. Naciones Unidas dijo que al menos 136 civiles, incluidos 13 niños, murieron en los primeros cinco días de la invasión.
Alrededor de 100 diplomáticos, muchos de países occidentales, abandonaron un discurso del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, en Ginebra el martes en protesta por la invasión de Ucrania por parte de su país.
Al menos 411 personas han sido detenidas en toda Rusia mientras continúan las protestas contra la guerra.
El alcalde de Mariupol, una ciudad portuaria crítica, dijo que los residentes carecían de electricidad y calefacción después de días de intensos combates. La captura de Mariupol permitiría a las fuerzas rusas en el sur de Ucrania unirse a los separatistas respaldados por Rusia en el este, aislando a las tropas ucranianas en la región.
Unas 660.000 personas han huido de Ucrania, dijo la agencia de refugiados de la ONU, y se dirigieron a Polonia, Hungría, Moldavia, Rumania y Eslovaquia. A diferencia de las oleadas anteriores de refugiados que inundaron Europa durante la última década, las masas de ucranianos fueron bien recibidas.
Los aliados latinoamericanos de Rusia se han distanciado de la guerra del presidente Vladimir V. Putin en Ucrania, subrayando cómo incluso sus partidarios diplomáticos más acérrimos parecen preocupados por las consecuencias de la catastrófica invasión de un vecino.
Los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela han culpado a Estados Unidos y la OTAN de avivar las tensiones en Ucrania y de ignorar los intereses de seguridad de Rusia. Pero ninguno ha expresado todavía su apoyo directo a la incursión de Rusia.
Cuba, Bolivia y Venezuela, en comunicados oficiales, han pedido una salida diplomática a la crisis. El expresidente de Bolivia, Evo Morales, que sigue desempeñando un papel importante en el gobierno prorruso de su país, tuiteó después de que comenzaran los combates el jueves pasado : “La guerra nunca es la solución”.