Los mercados y los diferentes sectores económicos han mostrado una recuperación, la cual, dice los analistas, estaría en línea con una desaceleración inflacionaria. Esto ya se ve, por ejemplo, en la caída de 21% que han tenido los precios mundiales de los alimentos durante mayo de este año.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los precios han ido mostrando una tendencia a la baja, con caídas interanuales de doble dígito. En el último mes el Índice de precios de alimentos de la FAO registró una caída de 12,3% en comparación con el mismo mes del 2022.
La FAO dice que esta ha sido una de las caídas más relevantes de los últimos ocho años, siendo el grupo de los cereales y aceites vegetales, el que mayor caída tuvo en el precio y que jalonó todo el resultado.
El precio de los cereales disminuyó 4,8% en el último mes, explicado por la caída del precio del maíz en cerca de 10%, debido a “las favorables perspectivas de producción y la atonía de la demanda de importaciones”.
En línea con el maíz, el precio del trigo bajó 3,5% impulsado por las grandes reservas. Igualmente, los precios de los aceites vegetales tuvieron una caída de 8,7% en un mes, lo que los ubicó bajo el nivel de mayo de 2022 (-48%).
El reporte también señaló que la cosecha de soja en Brasil, que además calificó como “excepcional”, la oferta de colza y de girasol, y un aumento de la producción de aceite de palma, fueron los principales factores que impactaron los precios del mes.
Del otro lado, la FAO advirtió que la disponibilidad de azúcar se está “tensando” influida, en parte, por el fenómeno de El Niño y su impacto en los cultivos. En mayo, el índice de precios del azúcar aumentó 5,5%.