El precio del petróleo ha subido este lunes a medida que aumenta la tensión en Oriente Medio a la espera de la respuesta de Israel al ataque con misiles de Irán y cuando se cumple un año de los atentados de Hamás sobre territorio israelí, que dejaron más de 1.200 personas fallecidas y 251 fueron tomadas como rehenes.
El barril Brent, de referencia en Europa, ha avanzado un 3,93%, hasta los 81,12 dólares, y el barril West Texas, de referencia en EE UU, ha escalado un 3,97%, hasta los 77,34 dólares. Cabe recordar que el ‘oro negro’ vivió la semana pasada su mayor ganancia semanal desde comienzos de 2023 ante el temor de que Israel atacase las instalaciones petroleras de Irán.
“La escalada de tensión en Oriente Medio mantiene en situación de alerta a los inversores, a la espera de la posible respuesta de Israel a los últimos ataques recibidos por parte de Irán. Las características de la zona y un posible bloqueo del estrecho de Ormuz, por donde transita hasta el 40% del comercio mundial de petróleo, han provocado grandes subidas en el precio del barril, que cerró su mayor subida semanal desde principios de 2023. A largo plazo creemos que los precios del petróleo podrían bajar hasta los 60 dólares el barril, mientras que a corto plazo, creemos que EE UU podría oponerse a cualquier respuesta de Israel que pueda impulsar los precios del petróleo y el gas antes de las elecciones del mes que viene”, valora Manuel Pinto, analista de mercados.
Precisamente, el pasado viernes el presidente de EE UU, Joe Biden, instaba a Israel a no atacar las instalaciones petroleras de Irán y le pedía que buscase “otras alternativas”, después de que tan solo un día antes había reconocido estar “discutiendo” un posible ataque israelí contra la infraestructura energética iraní.
“A pesar de los misiles que Irán lanza contra Israel y de los tambores de guerra que retumban en la región, el crudo no ha explotado. Es cierto que los precios han subido un 10%, pero ese aumento se produce a partir de una base bastante baja. Los operadores apuestan a que este conflicto no provocará interrupciones a largo plazo en la producción de petróleo de actores clave como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos”, comenta Stephen Innes, de SPI Asset Management.
Y es que, para este analista, el mercado claramente apuesta porque la tensión geopolítica no se transformará en un shock total de la oferta de petróleo. “Lo más importante es que la verdadera amenaza para el crudo no es la guerra, sino el exceso de oferta. La OPEP+ parece dispuesta a revertir sus recortes voluntarios de 2,2 millones de bpd a partir de diciembre, lo que prepara el terreno para una inundación de petróleo”, añade.
“Sinceramente, no sería sorprendente ver que los precios superan los 85 dólares en poco tiempo si las tensiones aumentan aún más. La presión ha ido aumentando y, si surge la chispa geopolítica adecuada, podríamos ver que se abren las compuertas para un fuerte repunte. Los traders están nerviosos y una ruptura por encima de ese nivel clave podría ser el catalizador que haga que todo se ponga en marcha”, explica Innes.
Mientras tanto, la demanda se está desmoronando, especialmente en China, donde el consumo de petróleo se ha desplomado. El crecimiento típico de la demanda de crudo en el gigante asiático (alrededor de 600.000 barriles por día) ha caído a solo 200.000 barriles.
“En pocas palabras, los precios del petróleo se encuentran en una situación de equilibrio entre dos fuerzas principales. Por un lado, está el polvorín de Oriente Medio y la inestable disciplina de producción de la OPEP+. Por otro, la desaceleración de la economía china y la amenaza inminente de un exceso de oferta proyectan largas sombras sobre el mercado. Abróchese el cinturón: las próximas semanas podrían ser decisivas para los precios del crudo hasta 2025, a medida que se intensifica la batalla entre la oferta y la demanda”, concluye Innes.