Economías emergentes deben crecer “mucho más rápido” para pagar la deuda: BM

El Banco Mundial advierte sobre la deuda de eonomías emergentes

El Banco Mundial advirtió que los elevados costos de los préstamos han “cambiado drásticamente” la necesidad de los países en desarrollo de impulsar el lento crecimiento económico.

La última advertencia del prestamista multilateral se produce cuando las ventas internacionales de bonos de gobiernos de mercados emergentes alcanzaron un récord histórico de 47.000 millones de dólares en enero, encabezadas por economías emergentes de menor riesgo como Arabia Saudita, México y Rumania.

Sin embargo, algunos emisores de mayor riesgo han empezado a acudir a los mercados a tasas más altas. Kenia pagó recientemente más del 10% por un nuevo bono internacional, el umbral por sobre el cual los expertos suelen considerar inasequible el endeudamiento.

“En lo que respecta al endeudamiento, la historia ha cambiado radicalmente. Hay que crecer mucho más rápido”, dijo Ayhan Kose, economista jefe adjunto del Banco Mundial, aunque declinó hacer comentarios sobre países concretos. “Si tuviera una hipoteca con un tasa de interés del 10%, estaría preocupado”, añadió.

Kose agregó que un crecimiento más rápido, especialmente una tasa de expansión real superior al costo real de los préstamos, podría resultar difícil de alcanzar.

El Banco Mundial advirtió en su informe Perspectivas Económicas Mundiales, publicado en enero, que la economía mundial se encaminaba a registrar en 2020-2024 los resultados más débiles de los últimos 30 años, incluso si se evita la recesión. Se espera que el crecimiento mundial se desacelere por tercer año consecutivo hasta el 2,4%, antes de repuntar al 2,7% en 2025.

Estas tasas siguen estando muy por debajo del promedio del 3,1% de la década de 2010, según el informe.

La ralentización del crecimiento es especialmente grave para las economías emergentes, alrededor de un tercio de las cuales no han experimentado recuperación alguna desde la pandemia de COVID-19 y tienen una renta per cápita inferior a los niveles de 2019. Según Kose, esto pone en entredicho muchos objetivos de gasto en educación, salud y clima.

“Creo que va a ser difícil cumplir esos objetivos, si no imposible, dado el tipo de crecimiento que hemos visto”, dijo Kose.

Una escalada del conflicto en Oriente Medio es otro riesgo a la baja, que se suma a la preocupación por la restricción de la política monetaria y la debilidad del comercio mundial.

“El comercio ha sido un motor fundamental de la reducción de la pobreza y, obviamente, para las economías de mercado emergentes, una fuente esencial de ingresos”, afirmó Kose.

Reestructuración de la deuda

Si el crecimiento sigue siendo bajo, algunas economías emergentes podrían verse obligadas a reestructurar su deuda, añadió Kose, reprogramando vencimientos o acordando recortes con sus acreedores.

“Tarde o temprano habrá que reestructurar la deuda y para ello es necesario contar con un marco”, afirmó. “Eso no ha ocurrido de la forma que esperaba la comunidad mundial”.

Las naciones del G20 lanzaron el Marco Común en 2020, cuando la pandemia puso patas arriba las finanzas de los países. El programa pretendía acelerar y simplificar el proceso de recuperación de los países sobreendeudados.

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