Los costos laborales en Estados Unidos registraron en el primer trimestre el mayor aumento en un año ante la desaceleración del crecimiento de la productividad, lo que podría intensificar los riesgos de que la inflación se mantenga alta.
Los costos laborales unitarios, es decir, lo que una empresa paga a sus empleados por producir una unidad de producción tras contabilizar los cambios en la productividad, aumentaron a una tasa anual de 4,7%. La cifra representa un importante incremento tras las alzas moderadas registradas en el segundo semestre de 2023.
La productividad, o la producción por hora de los trabajadores no agrícolas, aumentó a una tasa anualizada de 0,3% tras un incremento revisado al alza de 3,5% en el período anterior, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales publicados el jueves.
Los costos laborales han aumentado en los primeros trimestres de los últimos años, aunque han tendido a moderarse en períodos posteriores.
Si bien las cifras trimestrales de productividad son bastante volátiles, una desaceleración sostenida representaría otro obstáculo en la lucha contra la inflación de la Reserva Federal. Dado que se espera que las tasas de interés se mantengan en los niveles más altos en dos décadas durante un tiempo más, es probable que la inversión empresarial en bienes de equipo siga siendo un factor débil en el crecimiento económico general.
Las cifras publicadas este jueves corroboran otros datos que mostraron que el producto interno bruto se enfrió en el primer trimestre, mientras que los costos laborales registraron el mayor aumento en un año. En consecuencia, la inflación se muestra obstinada, lo que apoya el giro de la Fed hacia una postura más restrictiva que mantendrá las tasas de interés más altas durante más tiempo de lo previsto.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo el miércoles tras la reunión de política monetaria del banco central que es difícil determinar si los sólidos aumentos de productividad observados en 2023 perdurarán. Ya ha dicho que un aumento de la inmigración puede favorecer el crecimiento económico sin aumentar la inflación, y también se ha demostrado que la afluencia de inmigrantes mejora la productividad.