El aumento en la depreciación de divisas latinoamericanas desde diciembre de 2019, cuando se identificó el coronavirus en China y recientemente exacerbado por la baja en los precios del petróleo, tiene diversas consecuencias para las empresas latinoamericanas, según Fitch Ratings.
Tipos de cambio más débiles compensan parcialmente la presión del precio de mercancías (commodities) para los exportadores debido a la reducción de costos denominados de divisas locales.
Además, los emisores con deuda en dólares estadounidenses que tienen generación de flujo de efectivo en esta misma moneda tienen una cobertura natural. Sin embargo, una depreciación prolongada de las divisas impulsada por una inclinación hacia la seguridad y un crecimiento económico mundial reducido tendría efectos de gran alcance en el crédito en Latinoamérica.
El año pasado, los riesgos relacionados con el comercio y las elecciones contribuyeron a una volatilidad de corto plazo en las divisas latinoamericanas.
El coronavirus impulsa la volatilidad de las divisas debido a la reducción en los precios de mercancías relacionadas con la disminución esperada en la demanda de China y la gran incertidumbre sobre este posible impacto en el crecimiento económico mundial.
“El contagio en la región sigue siendo bajo, pero va en aumento la incertidumbre sobre las otras consecuencias en Latinoamérica a medida que el coronavirus se propaga a otras partes del mundo”, advierte Fitch.
El real brasileño, el peso chileno, el peso colombiano, el sol peruano, el peso argentino y el peso mexicano se han devaluado frente al dólar en lo que va del año, alcanzan niveles sin precedentes.
Los descensos en el caso de Brasil y Chile son los más pronunciados, estos países cayeron 16% y 12%, respectivamente, según cifras de 2020 hasta el 10 de marzo de 2020.
La depreciación refleja diversos factores; entre los que se incluyen: el descenso de los productos básicos, el riesgo de un impacto negativo en el crecimiento económico y los niveles elevados de incertidumbre tanto política como para los inversionistas.
Efecto mixto en las empresas
La depreciación tendrá un efecto mixto en las empresas latinoamericanas debido a la composición diversa de las obligaciones y los niveles diferentes de discordancia en los costos e ingresos; lo que causa que algunas empresas sean más sensibles que otras al deterioro importante de métricas crediticias.
La mayoría de las empresas calificadas por Fitch en la región relacionadas a exportaciones y emisores con operaciones en el extranjero presentan una cobertura natural relacionada al tipo de cambio por las diferentes divisas, dado que la deuda denominada en dólares estadounidenses es igualada por los flujos de efectivo en la misma moneda generados en el extranjero.
Además, muchas de las empresas no exportadoras con deuda denominada en dólares estadounidenses cubren financieramente las posiciones de las divisas expuestas. Sin embargo, dependiendo de la magnitud de la depreciación y del impacto del coronavirus en la economía global, todos los emisores deberían afectarse por la desaceleración del crecimiento económico y la reducción del poder adquisitivo de los consumidores, en la ausencia de una respuesta por parte de las autoridades de cada país.
La disponibilidad de financiamiento en el mercado local, la emisión continua de deuda en el extranjero que resulta en una actividad importante de refinanciamiento y la conservación típica de saldos elevados de efectivo deberían ayudar a soportar el riesgo a corto plazo.
Sin embargo, el riesgo de una desaceleración económica mundial está en aumento y una fuga prolongada hacia activos seguros (safe-haven assets) podría conducir a la aversión al riesgo en los inversionistas de mercados emergentes.
Particularmente los emisores de alto rendimiento con las calificaciones más bajas, especialmente aquellos con vencimientos de corto plazo, serían los que corran más peligro. Las calificaciones de las empresas latinoamericanas no financieras sesgan el grado especulativo, aproximadamente 60% están calificadas en ‘BB+’ o inferiores y 40% tienen un grado de inversión.
Algunos ejemplos de empresas latinoamericanas que tienen riesgos de refinanciamiento elevados incluyen a Digicel, que opera en más de 30 mercados en las regiones del Caribe, Centroamérica y Oceanía, y Grupo Idesa de México.
Digicel tiene deuda por $63 millones y, de ellos, 8.25% de los bonos son a nivel matriz que vencen en septiembre de 2020; Fitch cree que no se podrán pagar.
Grupo Idesa está limitado por su liquidez debido al efectivo limitado y a poseer vencimientos en 2020 por $528 millones ($300 millones en bonos). Casi $5.000 millones de la deuda colocada en los mercados internacionales de los emisores con calificaciones en grado especulativo en escala internacional por Fitch vence en 2020.