La crisis mundial de suministros y la crisis energética, amenazan con una contracción económica
Se intensifica el olor a quemado en la ‘locomotora’ económica de Europa. A cada dato macro que se va conociendo, queda más en evidencia que la economía de Alemania empieza a mostrar sufrimiento. Cuando aún no ha recuperado el PIB previo a la pandemia, factores como la crisis mundial de suministros y, sobre todo, la crisis energética por la guerra en Ucrania, amenazan con una contracción económica que repercutirá dolorosamente en el resto de la eurozona.
El último ‘telegrama’ como malas noticias ha llegado este lunes: Alemania registra su primer déficit comercial en 31 años.
Las exportaciones del país cayeron un 0,5% en mayo de 2022 respecto al mes anterior, frente al repunte del 4,4% experimentado en abril. En cambio, las importaciones aumentaron en un 2,7% y por cuarto mes consecutivo, según ha informado este lunes la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
En consecuencia, la balanza comercial alemana arrojó en mayo un déficit comercial de 1.000 millones de euros. Es la primera vez desde 1991 que las importaciones a Alemania superan las exportaciones del país. El mes anterior registró un superávit de 3.100 millones (cifra corregida a la baja por Destatis desde los 3.500 millones estimados inicialmente). Eso sí, ajustado el efecto estacional y de calendario, en el quinto mes hubo un superávit de 13.400 millones, indica Destatis.
En tasa interanual (es decir, en comparación con mayo de 2021), las exportaciones de Alemania se incrementaron un 11,7% y las importaciones, un 27,8%, siempre según los datos provisionales de Destatis relativos al quinto mes de este año.
Precisamente, el comercio exterior es uno de los motores más importantes para la economía germana, por lo que estos datos aumentan las expectativas de una pronta recesión en la mayor potencia de Europa.
La invasión rusa de Ucrania y los cierres de China relacionados con el covid están causando estragos en las cadenas de suministro internacionales, con importantes repercusiones para la economía alemana, orientada a la exportación.
Los precios de las importaciones, como la energía, los alimentos y las piezas utilizadas por los fabricantes, aumentaron más del 30% en mayo en comparación con hace un año, mientras que los cobrados por las exportaciones solo aumentaron a la mitad.
El pasado 25 de mayo, Destatis confirmaba las cifras de crecimiento económico de la economía alemana adelantadas a finales de abril. El producto interior bruto (PIB) en el primer trimestre de 2022 creció un 0,2%. Se evitaba una contracción anticipada por no pocos analistas, pero quedaba de manifiesto que la economía alemana todavía estaba a un 0,9% de alcanzar los niveles previos a la irrupción del coronavirus con el escenario geopolítico europeo condenado a empeorar.
La lectura preliminar del índice de precios al consumo (IPC) arrojaba el pasado miércoles una tasa anual del 7,6%, tres décimas inferior al dato de mayo (cuando se registró la tasa más alta en casi medio siglo) y por debajo de las expectativas de los analistas, que anticiparon que los precios en la mayor economía de la eurozona habían repuntado un 8%.
Las referencias económicas negativas que se suceden en las últimas semanas en Alemania ya están teniendo su claro impacto en la confianza de los inversores. Así lo ha demostrado hoy también el índice Sentix, que no solo se ha derrumbado en la referencia para toda la eurozona (que ha bajado a niveles no vistos desde mayo de 2020).
En concreto, el indicador de la confianza inversora relativo solo al país germano ha bajado 11 puntos de un mes para otro (a -13), y el subíndice de las expectativas para la economía alemana ha marcado un mínimo histórico en -34,8, frente los -23 de junio.