La Big Mac en Honduras es la tercera más cara de región, según índice de The Economist
The Economist lanzó el pasado 16 de julio su más reciente Índice Big Mac, una herramienta que simplifica la teoría del tipo de cambio. Compara las principales monedas del mundo y su valor frente al dólar, con base en el precio de la icónica Big Mac de McDonald’s, que tiene un precio de referencia base de $6,01 en Estados Unidos.
De esta manera, se halló que Suiza, Uruguay y Noruega tienen la moneda más fuerte frente al dólar. A nivel de América Latina, Guatemala, Venezuea y Honduras (3) tienen las Big Mac más caras, pues el índice muestra que el quetzal esta devaluado32,7%, el bolívar 30% y el lempira 29% frente a la divisa de EEUU.
Para entenderlo de otra forma, el franco suizo está en el primer lugar del listado con una revaluación de su moneda frente a la divisa norteamericana de 49,6%, según el precio de referencia de la hamburguesa de $6,01. Alrededor de 0,81 francos suizos representan $1, lo que significa que su Big Mac tiene un precio de 4,84 francos: su moneda local está por debajo del dólar y el poder adquisitivo de la misma hamburguesa es mayor.
Caso contrario es el de Egipto, que tiene la divisa más devaluada, pues la libra tiene una depreciación de 57,9% frente al dólar. Una Big Mac de $6,01 cuesta 296,97 libras egipcias en un restaurante de la cadena de comida rápida en El Cairo. Expresado en otras cifras, una casa de cambio ofrece 49 libras por $1.
Otra explicación es la de Honduras: el lempira tiene una devaluación de 29% comparado con el dólar. Significa que $1, con la TRM vigente hoy, tiene un valor de L26.34. Por tanto, una Big Mac de $6,01 cuesta en Honduras alrededor de L160, cifras que hablan de la tasa cambiaria y el poder adquisitivo de la moneda local.
The Economist explica que la teoría detrás del índice es demostrar “la distorsión del tipo cambiario”. Las monedas globales deberían tender a una paridad de poder adquisitivo. “Significa que sus tipos de cambio deberían ajustarse para garantizar que cada una pueda comprar la misma cantidad de productos”, explica el medio.
Un apartado explicativo del índice sostiene que la hamburguesa es el alimento por excelencia para comparar la disparidad de valor de divisas porque es el mismo en todos los países, salvo en Israel e India, lugares donde se sirve sin queso y la carne no está hecha de res, sino de pollo, respectivamente.
La medición de The Economist fue creada en 1986 como un buen indicador para analizar la paridad del poder adquisitivo. Es útil para inversionistas que buscan inyectar capital en un país para saber cuántas unidades de productos alcanza y si saldrá más barata la producción.
Es un índice informal y tiene muchas limitaciones. No se tienen en cuenta las barreras comerciales, legislación laboral y muchas otras cosas que influyen en el cambio y se asume que la Big Mac representa la generalidad de la economía de un país, explican los economistas.
Por ejemplo, el hecho de que la carne suba en una economía determinada sería una distorsión para el índice. A pesar de sus falencias, la medición es considerada como una herramienta que resulta “ilustrativa y rápida” para conocer el poder de compra de una divisa.
The Economist defiende la idoneidad de su índice cambiario
El medio de comunicación asegura que es una guía “práctica” para saber si las monedas están en su nivel “correcto”. Reconoce, sin embargo, que nunca se concibió como un indicador preciso del desajuste monetario, sino una herramienta para simplificar conceptos sobre la tasa cambiaria y el poder adquisitivo. El índice se ha convertido en un estándar global, incluido en varios libros de texto de economía y objeto de decenasde estudios académicos”, dijo The Economist.