El petróleo cae por los planes energéticos y arancelarios de Trump

El petróleo se ha teñido de rojo. El barril de crudo Brent ha caído un 0,89% y se intercambia por 79,44 dólares, mientras que el WTI se ha dejado un 2,3% (76,09 dólares), tras las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para aumentar la producción de petróleo en el país.

La imposición de aranceles más tarde de lo esperado también ha afectado negativamente a los precios del crudo. Y es que Trump anunció que planea imponer aranceles del 25% a las importaciones desde Canadá y México a partir del 1 de febrero, en lugar de hacerlo en su primer día en la Casa Blanca, tal y como había prometido.

El dólar repuntó después de los comentarios de Trump sobre la imposición de aranceles a México y Canadá. El petróleo se cotiza internacionalmente en dólares estadounidenses, por lo que cuando el valor del dólar sube frente a otras monedas, el petróleo se vuelve más caro para los compradores que utilizan otras divisas. Esto puede reducir la demanda de petróleo en mercados fuera de EEUU, ya que los consumidores y empresas en países con monedas más débiles enfrentan mayores costos para comprar el mismo volumen de petróleo.

El presidente de EE UU también dijo que su administración “probablemente” dejaría de comprar petróleo a Venezuela. Estados Unidos es el segundo mayor comprador de petróleo venezolano después de China. Trump también prometió reabastecer las reservas estratégicas del país, las cuales sufrieron una reducción histórica bajo el mandato de Biden, cuando se vendieron 180 millones de barriles para contribuir a bajar los precios de la gasolina tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.

Volviendo a los planes de Trump, el nuevo presidente estadounidense pretende dar un giro de 180 grados a la política energética del país en los próximos cuatro años. Bajo el lema ‘Drill, baby, drill’ (‘Perfora, bebé, perfora’), Trump declaró la emergencia energética nacional para maximizar la producción de crudo y de gas natural en Alaska, al tiempo que dio marcha atrás a los planes en materia de energías renovables, retiró ayudas a los coches eléctricos y sacó a EEUU del Acuerdo de París. Este está siendo uno de los factores que más lastran en bolsa este martes a las compañías de energías renovables.

“Estados Unidos volverá a ser una nación manufacturera, y tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra. Y lo vamos a usar. Bajaremos los precios, llenaremos nuestras reservas estratégicas hasta los topes y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo”, dijo Trump durante su discurso de investidura.

Con todo, está por ver si las medidas de Trump tendrán algún impacto en la producción estadounidense, ya en niveles récord. Según Julius Baer, es posible que no. El banco suizo afirma en un reciente informe que la “desregulación” llevada a cabo por Trump “no provocará un auge de las perforaciones”.

Asimismo, la entidad helvética destaca que la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) de Biden “goza de un fuerte apoyo republicano”, ya que la mayoría de las inversiones en energías limpias se realizan en el desindustrializado Cinturón del Óxido estadounidense. “Es poco probable que la ley se derogue por completo. Dada su popularidad, el tema de la energía podría ser el primero en la agenda, aunque los precios del combustible no han sido un problema de inflación”, apunta.

“Los mercados energéticos son el principal barómetro de la geopolítica y los riesgos de suministro relacionados, sobre todo porque el petróleo domina el comercio mundial. Las sanciones a Rusia, la interrupción del tránsito en Ucrania y la amplia capacidad de producción excedentaria de Arabia Saudí ofrecen muchas opciones de negociación. Es probable que la negociación para encontrar acuerdos en Europa y Oriente Medio se ponga en marcha de inmediato. Este proceso crea incertidumbres temporales, pero es probable que el resultado sea más oferta de petróleo en lugar de menos”, sentencia Norbert Rücker, director de investigación de Julius Baer.

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