Los presidentes de Rusia y Estados Unidos afirman que las conversaciones en Ginebra han sido pragmáticas y constructivas. Vladimir Putin y Joe Biden han anunciado algunos avances, entre ellos, que sus respectivos embajadores en Washington y Moscú reanudarán sus funciones.
“Creo que no hubo ninguna hostilidad, sino todo lo contrario”, dijo Putin, el primero de los dos líderes que compareció ante la prensa tras la histórica cumbre.
Al término de las casi cuatro horas de conversaciones, que duraron menos de lo previsto, Putin subrayó que la reunión fue “bastante constructiva” y que ambas partes demostraron “voluntad para entenderse” y acercar posturas.
En una rueda de prensa posterior, Biden aseguró que las conversaciones se desarrollaron en un tono “positivo y no hiperbólico”, aunque se hizo eco de las declaraciones de Putin al subrayar que no hubo amistad ni confianza, sino “interés mutuo”.
El presidente ruso confirmó que el embajador de Estados Unidos en Moscú y el embajador de Rusia en Washington – retirados de sus cargos debido a tensiones diplomáticas en marzo y abril – volverán a reanudar sus respectivas funciones.
Tratado START
Putín también anunció que, como las mayores potencias nucleares, Rusia y Estados Unidos son conscientes de la responsabilidad que tienen y mantendrán conversaciones sobre posibles cambios en el Nuevo Tratado START de 2010 que acaba de ser prorrogado por cinco años.
Según el líder ruso, él y Biden han acordado “iniciar consultas” sobre ciberseguridad, aunque Putin desmintió las alegaciones de Washington, según las cuales los responsables de una serie de ciberataques en Estados Unidos son rusos no identificados.
Biden, por su parte, dijo haber advertido a Putin de que “las infraestructuras críticas [sector energético, sistemas de agua] deberían estar fuera de los límites” para este tipo de ciberataques, e insinuó que llevar a cabo este tipo de acciones “disminuye la posición de Rusia en la escena mundial”.
Asimismo, tras una enérgica defensa de los derechos humanos, Biden declaró que sería “devastador” para la credibilidad de Rusia que el opositor Alexéi Navalny, actualmente encarcelado, muriera en prisión.
Putin insistió en que Navalny ignoró la ley y sabía lo que pasaría si regresaba a Rusia desde Alemania, donde recibió tratamiento tras un intento de envenenamiento en Rusia.
Las relaciones entre Moscú y Washington se han deteriorado en los últimos años, sobre todo después de la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, la intervención de Moscú en Siria en 2015 y las acusaciones estadounidenses -negadas por Moscú- de injerencia en las elecciones de 2016 que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
Las relaciones se agriaron aún más en marzo cuando Biden calificó a Putin de “asesino”, tras lo cual Rusia llamó a consultas a Antonov y en abril anunció la retirada su embajador en Washington.
Este miércoles, sin embargo, Putin calificó a Biden como un “estadista experimentado” y se declaró satisfecho con la explicación que le dio su homólogo sobre la acusación de “asesino”.
Biden, por su parte, dijo en conferencia de prensa que las conversaciones “no fueron sobre la confianza”, sino más bien sobre “el interés propio, y la verificación del interés propio”.
La cumbre de hoy ha sido la primera reunión cara a cara entre los mandatarios de Estados Unidos y Rusia desde que Putin se entrevistó con Donald Trump en Helsinki en 2018.