La economía hondureña creció 3,6% el año pasado, sin respaldo de la industria manufacturera que se contrajo un 5,6%. Esta es la segunda mayor caída de manufactura desde el 2020 cuando bajó un 8,2%.
La Industria Manufacturera, considerado un factor clave para la economía por el empleo que genera y el ingreso de divisas por exportaciones e importaciones, cerró el último trimestre con una caída de 4,7%.
Los sectores más afectados en el anterior trimestre fueron la reducción en el procesamiento de alimentos para consumo externo -camarón congelado, tilapia, aceites y grasas, tabaco, beneficiado de café- e interno -carnes, azúcar, harinas, aceites y grasas, lácteos y bebidas- de los hogares y restaurantes. Para satisfacer la demanda se utilizaron inventarios.
“A lo anterior, se suma el comportamiento negativo de la fabricación de productos textiles, aunque menor a la reportada en el trimestre anterior; de igual manera, la fabricación de arneses para vehículos se redujo producto de la desaceleración en el consumo de estos bienes, por parte de la industria automotriz”, señala el Banco Central de Honduras (BCH).
El resultado de ambos rubros es consistente con la estructura de consumo de los Estados Unidos durante el IV trimestre.
Asimismo, los inventarios disponibles de trimestres anteriores y la reducción de la importación de productos químicos, elaborados de metal y cemento, permitieron cubrir la demanda interna de la construcción, lo que explica la disminución en los niveles de producción de estos bienes, agrega el informe.
Aunque la manufactura tiene un peso importante en el PIB, la caída del año pasado fue compensada por el crecimiento de 16,9% de la Construcción (3,1% el año 2022) y el 13,1% de la Intermediación Financiera (9,6% el año previo).