Los precios del crudo subían este jueves, tras datos que mostraron un crecimiento más rápido de lo esperado de la economía estadounidense en el último trimestre y de que la tensión en el mar Rojo siguieran perturbando el comercio mundial.
A las 1740 GMT, los futuros del Brent subían 1,52 dólares, o un 1,9%, a 81,56 dólares el barril, y los del West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) ganaban 1,44 dólares, o un 1,9%, a 76,53 dólares.
La tensión geopolítica en Oriente Medio y la interrupción del transporte marítimo en el corredor del mar Rojo seguían centrando la atención.
Maersk dijo que las explosiones obligaron a retirarse a dos buques operados por su filial estadounidense que transportaban suministros militares de Estados Unidos cuando transitaban por el estrecho de Mandeb, frente a Yemen.
Mientras tanto, el líder hutí de Yemen dijo que el grupo seguiría atacando barcos vinculados a Israel hasta que la ayuda llegue al pueblo palestino en Gaza.
“Por fin estamos viendo cómo los mercados energéticos se despiertan ante la clara posibilidad de que estas interrupciones de la cadena de suministro continúen durante meses”, afirmó Joshua Mahony, analista jefe de mercados de Scope Markets. “La perspectiva de una solución militar que garantice un paso seguro parece poco probable”.
El ataque de aviones no tripulados ucranianos a una refinería de petróleo en el sur de Rusia durante la noche también provocó preocupación sobre el suministro, dijo Bob Yawger, director de futuros energéticos de Mizuho.
En Estados Unidos, la reducción de los inventarios de crudo de la semana pasada, mayor de lo previsto, debido principalmente al frío extremo, también favoreció a los precios.
Los datos mostraron que la economía estadounidense creció a un ritmo más rápido de lo esperado en el cuarto trimestre, un indicador positivo de la demanda, dijo Yawger.
Los precios del petróleo también se veían favorecidos por las esperanzas de recuperación económica de China. El banco central chino anunció el miércoles un fuerte recorte de las reservas bancarias, en una medida que inyectará unos 140.000 millones de dólares en efectivo en el sistema bancario y enviará una fuerte señal de apoyo a una economía frágil y unos mercados bursátiles en caída.